Las cuerdas tiemblan levemente cuando saca la guitarra del estuche, es un hermoso instrumento.
<< -Tengo algo para ti -Camila la miró con felicidad, habían pasado varios días desde su reconciliación y creía que ese era el momento exacto para darle lo que llevaba su nombre desde hace meses.
-¿Sí? –abrió los ojos con sorpresa, no se esperaba ningún regalo.
Camila corrió hasta un cuarto pequeño y salió de ahí con un estuche algo pesado y negro, Lauren reconoció lo que era con solo verlo.
-Camz... -comenzó, esto era demasiado.
-No voy a aceptar un no como respuesta, es tu regalo de cumpleaños.
Lauren arrugó los ojos con duda.- Ya me diste un sombrero, un muy lindo sombrero.
Ella puso los ojos en blanco.- Sí, pero yo te iba a invitar a... ¿Sabes? es una historia algo larga. Solo tómala. De verdad, es tuya. Es un regalo por ser una vieja de 30 años, creo que te mereces esto, ya que pronto te empezaran a salir arrugas y tu cabello se tornará blanco –bromeó.
-Ugh, eso me dolió –fingió de más haciendo un gesto gracioso tocándose el lado izquierdo de su pecho.- Si me crees tan vieja ¿entonces por qué sales conmigo?
-No sé, no sé –jugó un poco.- Tal vez te deje y me vaya a buscar chicas de mi edad que sí acepten mis regalos.
Lauren no pudo evitar una mueca de celos y Camila soltó una risa.
-Es una broma, cariño. Solo acéptalo ¿sí?
Desató los seguros del gran compartimiento y lo abrió con calma,Camila lucía más entusiasmada que ella. Sus ojos brillaron cuando pudo divisar el instrumento, era una guitarra de madera brillante y de buena calidad, el nombre Lauren Jauregui se leía en el diapasón con letras cursivas y plateadas, era elegante.
-Perdón por romper tu guitarra, Lolo –musitó Camila con pena.- Espero que esto lo compense.
-Debe de ser muy cara, en especial con un nombre grabado.
-Se dice: Sí, te perdono y gracias por mi regalo.
-Camz....
-Dilo –pidió.
-No tengo nada que perdonarte, amor. Gracias por mi regalo. >>
Empieza a rasgar las cuerdas con ritmo y a poner las posiciones adecuadas con sus dedos y entonces la melodía empieza a cobrar un poco de sentido.
Practica la canción completa y empieza a pensar con qué instrumento se la mostrará a Camila, en el piano suena muy bien, tal vez podría grabarse con la guitarra y ponerlo solo de fondo mientras que tocaba el piano, esa era una buena idea.
Era mala por hacerla esperar, la canción no necesitaba ni más ni menos, estaba completa desde hace tiempo pero desde que la escribió había soñado con tocarla para pedirle matrimonio.
Sí, le pediría que fuera su esposa ese mismo año. La amaba. No tenía ni una duda en eso, la adoraba a ella y a sus dos hijos más que a nada ni a nadie.
Caminó hasta su habitación y la divisó durmiendo pacíficamente, miró el reloj con cautela.
9:00 a.m.
Agradeció que ella no hubiera despertado y escuchado la canción, usualmente ella estaría despierta a estas horas, pero la pesadilla de Lauren anoche tampoco la había dejado dormir a ella.
-¿Lolo? –murmura entre sueños y después despierta.- Lolo –repite.
-¿Te he despertado?
-No, es que tengo hambre.
Lauren suelta una risita.- No te levantes, ahora mismo te traigo tu desayuno aquí a la cama.
-¿Y helado de postre?-ruega.
-Claro que sí –se inclina a darle un beso y sale a la cocina donde hace un desayuno exprés: Omelet, jugo de naranja y fruta. Abre la nevera que está llena de botes de Häagen Dazs, a veces creía que Camila en vez de darle dos hijos, haría que nacerían dos botes gigantes de helado. Era lo único que no dejaba de comer. Pone una galleta de chocolate encima para adornarlo y en una pequeña mesa portable lo lleva hasta la alcoba.
-Eres rápida -Camila sonríe.
-Espero te guste.
-Todo lo que cocinas siempre me encanta –le da un besito corto en la nariz y empieza a comer con entusiasmo, Lauren la ve embobada, jamás pensó que disfrutaría y se sentiría tan feliz de solo ver a alguien comer.
Esto le podría haber aburrido a la Lauren que era el año pasado, pero ahora esta era su actividad favorita, ver y hacer a Camila feliz.
-¿Qué soñaste anoche? –pregunta Camila un poco cohibida, tal vez no sea el momento.
-Ni yo mismo lo sé –confiesa con un poco de tensión en los hombros.- Era un lugar muy oscuro y yo estaba muy frío, no había nada ni nadie a mi alrededor, así que empecé a caminar guiándome por el sonido de unos tambores...
-Puedes seguir –animó Camila quien siguió dándole mordisquitos a su fruta, o a su galleta.
-Escuché la voz de Lucy - Camila dio un bufido.- Y fue cuando supe que estaba en un sueño, pero por alguna razón me costaba despertarme, te juro que lo intente pero no podía.
Empezó a morderse el labio con nerviosismo y Camila la detuvo poniendo su mano sobre la mejilla de ella.
-No tienes que contarme si no quieres.
-No, está bien. –Inhaló profundamente, recordando lo que Camila le había dicho la noche anterior.- Y entonces la escena cambió, el lugar ya no estaba oscuro, estábamos en una especie de montaña o acantilado.
-¿Estábamos?
-Sí, tú estabas ahí como... como si te sintieras enferma y débil, te veías muy pálida y no dejabas de temblar y Lucy solo tenía una sonrisa escalofriante y sus ojos... eran rojos. Trate de correr cuando de repente te caíste, o te tumbaron, no sé qué paso pero tú estabas en el suelo y yo no podía salvarte porque una estúpida cortina de fuego me tapa el paso... y desperté.
-Wow –fue lo único que pudo salir de sus labios.
-Fue horrible, cómo estar viviendo en una mala película.
-Anoche te veías muy afectada.
-Gracias por cantarme –murmuró y le robó un poco de helado con el dedo.
-¡Hey! –Protestó.- Solo quería que te tranquilizaras –dijo, refiriéndose hacía su agradecimiento.
-Funcionó. Aunque creo que te quite el sueño a ti.
-A veces necesito yo sacrificarme por ti también ¿no lo crees?
-No cuando estás embarazada. –volvió a robar de su helado.
Camila le mostró su lengua en una rabieta.- ¡Deja ya de hacer eso! Sírvete en otro plato si quieres.
-Que egoísta que es, señorita Cabello. A mí me sabe más rico el helado robándotelo, así que seguiré haciéndolo.
-Tonta –soltó en un chiste, pero Lauren la miró con ojos enojados, pero su boca sonriendo, ella también estaba jugando.
Entonces tomó el plato con nieve de chocolate y hecho un poco en la nariz de Camila y la beso, limpiando los restos, así con toda su cara.
-Me has dejado pegajosa –se quejó.
-Ahora descubrí que sabe más rico sobre ti. –Soltó una carcajada que luego fue sustituida por mucha tos.
-Te escuchas ronca –con un leve tono de preocupación se acercó y palpó la frente de Lauren, buscando algún signo de fiebre. -¿Te bañaste al despertar?
-Sí.
-Creo que vas a enfermarte. Y más comiendo helado.
-El helado es rico –hizo un puchero.
-Sí pero es frío y no le hace bien a tu garganta, más si por la noche dormiste sudado.
-Tal vez es porque canté, practiqué con mi guitarra por la mañana. –se encogió de hombros restándole importancia.
-¿De verdad? –ella asintió- ¿Mi canción? –asintió de nuevo-.
-Y no trates de que la cante antes, hasta tu cumpleaños.
Camila solo le aventó helado al rostro como respuesta. Odiaba que la hicieran esperar.

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La Farsante (Camren)
FanfictionCamila Cabello y Michelle Jauregui se enamoraron desde la primera vez que se vieron. Son felices, se aman y deciden casarse cinco meses después. (G!p*)