Capitulo 50

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Una música, más bien solo unos tambores se escuchaban a lo lejos. Y Lauren no pudo más que compararlos con esos sonidos que se escuchan cuando una nación está haciendo un ritual.

Todo estaba muy oscuro, demasiado.

Oscuridad a su derecha, a su izquierda, arriba y abajo.

¿Estaba flotando? No parecía tener un suelo abajo, no sentía estar pisando nada.

-¿Hola? –eso provocó un eco que fue extendiéndose, pero aunque sintió que ella había gritado, la palabra había salido solo como un susurro.

Nadie contestó, pero los tambores se escuchaban más fuertes.

¿Podía moverse? Intentó y sus piernas dieron un paso hacia atrás, luego hacía delante.

Maldijo en voz baja, de verdad que no veía nada.

Trató intentando tocar algo alrededor, pero no había más que aire. Ni siquiera estaba seguro que hubiera eso. ¿Estaba respirando?

Debía estar respirando.

Toco su brazo, que estaba muy frío, luego sus manos hicieron un camino desde sus pies hasta su cara, toda ella estaba helada. Cómo si tuviera hielo en lugar de piel.

-¡CAMILA! –gritó.

El silencio fue su única respuesta.
Y los tambores, esos que en cada segundo subían su volumen más y más.

Empezó a caminar dando media vuelta y rogando por ir lo más derecho posible, temía tropezarse o golpearse con algo pero temía más no encontrar una salida.

El sonido de percusión fue insoportable en un punto, sus oídos punzaban de dolor y rogaban irse de ahí, pero Lauren no podía rendirse ahora. Por fin estaba viendo un poco de luz. Algo naranja, rojo y amarillo... como fuego, se expandía no muy lejos de ella.

-¿Alguien está ahí? –rugió entre todo el ruido.

<<Acércate>> le contestó una voz que no reconocía.

Comenzó a correr hasta que estuvo segura que lo que se extendía era fuego, no había duda.

-¿Quién eres? –preguntó. Se sentía tan estúpida hablándole a... nada.

En esta ocasión no hubo respuesta. Tal vez se había equivocado de dirección.

<<Acércate un poco más, al fuego>> la voz sorpresa hizo que diera un saltito, esta voz si la reconocía: Lucy.

Esto era un sueño.

-¡Sé que esto no es real! –gruñó.

Despierta.
Despierta.

Cerró sus ojos con fuerza y se pellizco. Cuando los abrió de nuevo seguía en su sueño, sí, pero el paisaje había cambiado, estaba en una clase de acantilado donde hacía demasiado viento, tanto como para dificultarle el caminar bien. Los tambores seguían escuchándose.

Bueno, no era un gran cambio de escena, lo hacía lucir mucho más peligroso realmente.

Se jaló el cabello con desesperación, no había tenido una pesadilla en años.

<<Hola>> la voz de Lucy sonó por detrás de ella, y con el mayor esfuerzo que pudo hacer se volteó a encararla. Pero se congeló al instante y sintió con si sus pies hubieran sido estancados a la tierra.

Camila estaba ahí temblando cual chihuahua asustado, Lucy tenía los ojos rojos y llenos de rabia.
¿Qué clase de pesadilla era esta? ¿Por qué su mente estaba jugando así con ella?

Los cabellos de Camila se movían rebeldes por la brisa, pero extrañamente los negros rulos de Lucy estaban tiesos y en su lugar.

 Camlila cae al suelo de rodillas y Lauren suelta un grito ahogado.

Corre, pero mágicamente una pared de fuego aparece frente a ella, bufa. Esto es un sueño.

DESPIERTA. Se exige. DESPIERTA.

-¡DESPIERTA, LAUREN! –grita Camila con desesperación y por fin su novia abre los ojos.

Está toda cubierta de sudor y tiembla de pies a cabeza, Camila la abraza y acaricia con fuerza sus brazos tratando de calmarla.

-Fue un sueño, mi amor. Solo un sueño –murmura y aparta el cabello que se pega a su frente, Lauren la mira detenidamente como luchando entre creer si es real o no.

-Soy yo –le dice con voz baja.- Lolo estás aquí, estás a salvo. Todo está bien.

La mirada de Lauren viaja hasta su vientre, en su sueño Camila no estaba embarazada. Acaricia esa parte con ternura, y empieza a tratar de calmarse pero su pecho no deja de subir y bajar y le está costando mucho respirar, vuelve a inquietarse.

-A ver Lauren –toma su manos que también están temblando- Inhalamos, Exhalamos –indica mientras hace los ejercicios junto con ella.- Otra vez, inhala y exhala. Estamos bien, fue solo un mal sueño.

Lauren la abraza con demasiada fuerza y esconde su cabeza en su cuello, puede escuchar el palpitar del corazón ahí, Camila está bien, Camila está viva.

-¿Todo bien? ¿Te traigo agua? –ofrece y Lauren la apega más hacía ella, impidiéndole que haga un movimiento, en estos instantes no puede soportar estar lejos de ella, sabe que su camisa está empapada de sudor pero espera que a su novia no le importe, necesita abrazarla, necesita estar con ella.

-No voy a ninguna parte, Lolo.- la reconforta y trata de secarla un poco con las sabanas, se enfermaría si seguía así de sudado.

Mira con preocupación a su mujer que se esconde entre su hombro y su cuello ¿con qué habría soñado que estaba tan mal?

-Ven –murmura y se acuesta con cuidado sin alejarse a Lauren que juega con su nariz haciéndole cosquillas en la oreja, se está calmando, bien.

Ambos saben que si Lauren no toma un baño pescará un buen resfriado pero ninguno dice nada, Lauren disfruta de su posición, puede apreciar el maravilloso olor de su amada y también es capaz de acariciarla, mientras que Camila simplemente le canta un poco y la arrulla con amor, a veces Lauren debe de comportarse demasiada fuerte y valiente, ha lidiado con tantas cosas últimamente. La estafa, el coma de Michelle, un trabajo, dos hijos, una novia, una ex demasiado loca. Todo eso debió presionarla de más.

Lauren no habla para nada y vuelve a quedarse dormida escuchando a Camila cantar, ella permanece despierta unos minutos más, dándole mimos a Lauren, susurrándole cosas lindas al oído, velando su sueño.

La Farsante (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora