El Jinchuriki Color Rosa

¡Qué empiecen los exámenes!

Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creados Masashi Kishimoto

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— Esto será interesante —Susurró Sakura con una sonrisa ladina bajo su máscara.

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No habían pasado ni 5 segundos cuando se escuchó un grito chillón en todo el lugar.

— ¡¡SASUKEE-KUN!! —Gritaron al unísono una rubia y zanahoria andante. Digo, una pelirroja al mismo tiempo en que se lanzaban a abrazar al azabache mencionado.

— Qué escándalo —Se quejó la peli-rosa irritada con sus manos sobre sus orejas, mientras el resto de los novatos se acercaba a ellos.

— ¿Qué hacen? ¡Quítense! —Dijo Sasuke fastidiado, pero ni lo pelaron.

— Pero miren quien está aquí, si es la huérfana pelo de chicle —Se burló la rubia.

— No sé qué pretende alguien tan inútil al venir a hacer estos exámenes —Siseó la pelirroja igual de burlona, cosa que hizo enfadar a los compañeros de la encapuchada.

— Cállense, quieren —Intervino el Uchiha aportando a ambas acosadoras.

— ¡Pe-pero Sasuke-kun! —Exclamó la Yamanaka aparentemente triste.

— Que problemáticas —Murmuró el Nara con un bostezo al lado de su fiel amigo quien disfrutaba de unas frituras.

Nuestra oji-jade no les prestó atención y se dedicó a inspeccionar el lugar, encontrándose con una mirada de cierto peli-rojo que la veía atentamente. La peli-rosa escuchaba varios gritos con su nombre en ellos, pero los ignoraba por completo, ella se encontraba concentrada en aquella mirada.

— ¡Oye tú, te estoy hablando! —Bramó Ino molesta.

— ¿Qué quieres? —Preguntó la Haruno con un bufido.

— ¿Cómo que qué quiere? Más te vale que no le hayas hecho nada a mi Sasuke-kun mientras no estábamos —Advirtió la Uzumaki seria.

— No te preocupes, Karin. Jamás te quitaría el puesto de acosadora estrella —Respondió como si nada a lo que todos los demás reían. Enfadada, la pelirroja se disponía a contestar cuando fue interrumpida.

— H-Hola, Sa-Sakura-chan. ¿Cómo estás? —Saludó Kiba sonrojado y acercándose a la joven.

— Hola, Kiba-kun. Estoy bien, gracias por preguntar. ¿Y tú cómo estás? —Devolvió la encapuchada de una manera tan amable que se hacía difícil creer que era Sakura. Sus dos compañeros se pusieron tremendamente celosos de tal comportamiento ya que no era así con ellos, lo que ellos no saben es que a Sakura, el amante perruno le recuerda a ese mejor amigo que perdió y no solo por el físico sino también por su amor a los perros. Además de que lleva una amistad muy estrecha con el Inuzuka, de lo cual solo saben ellos mismos.

— Muy bien, Sakura-chan —Dijo el joven sonriente por la amabilidad de la chica, en ese momento Akamaru quien residía dentro de la chaqueta de su amo se lanzó a los brazos de la encapuchada mientras movía la colita feliz— ¿Akamaru, ¿qué haces?... Lo siento, Sakura-chan —Se disculpó avergonzado acercándose para tomar en brazos a su compañero.

— No hay problema, Kiba-kun... Hola a ti también, Akamaru —Saludó acariciando al cachorro. En ese momento la Haruno vio como un hombre de cabello plateado y anteojos se dirigía hacia ellos. La peli-rosa se fue al lado de una ventana aun con el cachorro en brazos, y no por que el hombre la intimidara, no, si no que le fastidiaba por alguna razón.