El Jinchuriki Color Rosa

Sentimientos de un fiel compañero

Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador, Masashi Kishimoto.

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Mucho más que asombrados, los ninjas presentes vieron la explosión a la distancia sin dar crédito a lo que habían presenciado, aun así, fue más su curiosidad por descubrir quien había logrado tal proeza, por lo que su atención volvió inmediatamente a la esfera de agua. No fue hasta que la luna llena se reflejó a un costado de la figura que pudieron distinguirla finalmente.

— Haruno... —Susurró Shukaku.

— ... Sakura —Completó Inoichi.

Y en ese instante, cada uno de los presentes pudo deleitarse con el rosa brillando a la luz de la luna.

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La guerra había empezado solo unos cuantos días atrás, pero en ese poco tiempo habían ocurrido tantas cosas que la guerra parecía durar años. En este corto periodo de tiempo, tanto la alianza como el enemigo, se vieron acorralados en diferentes ocasiones, hasta el punto en que se pudiera llegar a considerar una batalla "reñida", pero, esto solo fue hasta antes de que el Juubi hiciera acto de presencia, inclinando así la balanza de una manera desproporcionada hacia el lado del enemigo, reduciendo las esperanzas de la alianza a un punto casi nulo, luego, los Jinchuurikis y sus Bijuus decidieron actuar, los Shinobis creyeron que si alguien podía hacerle frente al Juubi, eran ellos, pero se equivocaron.

Ahora, siete de los ocho Bijuus que estaban de su lado, se encontraban encerrados en prisiones que el gran lobo moldeó de acuerdo a sus características y que, por tal razón, les resultaba imposible escapar. Una vez más el Bijuu de diez colas había demostrado su superioridad y al igual que las veces anteriores, solo les recordaba porque era un ser tan temido por todos, pero, por si eso no fuera poco, quiso dar un golpe más crítico eliminando al cerebro de la alianza y, por un instante, de verdad creyeron que lo había logrado.

Cualquiera que se atreviera a decir que en una guerra las emociones no tenían lugar, merecería experimentar el terrible Jutsu de mil años de muerte por parte del ninja que copia, como castigo por estar tan terriblemente equivocado. Era una realidad que durante esta guerra las emociones han estado a flor de piel, las emociones fueron usadas en contra de la alianza y fueron las mismas que la motivaron a seguir luchando, sorpresa, angustia, rencor, miedo, tristeza y resignación eran solo algunas de las tantas que había dejado esta guerra.

La división de inteligencia, a pesar de no hacer frente en el campo de batalla, no estaba exenta de estas emociones, pues desde su lugar podía ver todo lo que sucedía a la perfección, por eso, en el momento en el que el Juubi lanzó su ataque, no hubo más sentimiento que la resignación mezclada con tristeza, pero cuando sus vidas fueron sorprendentemente salvadas, la felicidad y el alivio reemplazaron las dos anteriores y les dio una nueva luz de esperanza que llegó junto con quien, al parecer, era su nueva aliada.

Aquella joven de brillante cabello rosa y elegante vestimenta, después de salvarles la vida, se tomó el tiempo para bajar del techo del edificio y dirigirse a la gran sala en el centro de este, con una mirada rápida a los presentes, se percató de inmediato de los ninjas a cargo, por lo que optó por acercarse a ellos, Nara Shukaku y Yamanaka Inoichi.

Shukaku era un hombre reservado, aburrido y tal vez muy callado cuando la situación lo ameritaba, era tan flojo como su hijo, pero también igual de inteligente, no era una de sus cualidades mostrar mayor interés por las cosas y mucho menos por las personas, pero debía admitir que la pequeña figura de Haruno Sakura lo inquietó desde el momento en el que la conoció. Ella solo tenía cuatro años y acababa de ser rescatada por el Hokague de una situación que en ese momento desconocía, pero de la que estaba seguro, no se trataba de algo bueno, la actitud y forma de pensar de la pequeña Sakura no se parecía a la de ningún niño de la edad de su hijo, pero su actitud reservada nunca fue un obstáculo para demostrar que era una gran Kunoichi en potencia, alguien capaz que siempre pudo quedar en los primeros lugares de su clase, año tras año y cuando creyó haberlo visto todo de ella, cuando creyó que no debía esperar nada más, estalla la bomba de la verdad que escondía su pequeño cuerpo, el mismo que cargaba con la bestia más temible de la historia Shinobi, y es que, mientras más conocía de la historia de esa niña, más trágica y lamentable se tornaba, llegó a pensar que Haruno Sakura estaba destinada al dolor y el sufrimiento y por esa misma razón, nunca se atrevió a cuestionar todas las decisiones que tomó, pero tampoco estaría bien decir que las aprobaba. Haruno Sakura era simplemente... una chica problemática.