El Jinchuriki Color Rosa

Haciendo lo correcto

Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador Masashi Kishimoto.
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— Esa tal Nevra no la tiene fácil —Añadió antes de retirarse del lugar, en busca de la Uchiha para continuar con su observación.

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Con Sakura...

La joven Haruno había completado ya la mayor parte de su viaje hasta la aldea del sonido, al percatarse de que no tenía nada mejor que hacer, decidió revisar su libro bingo ya que hacía un tiempo no iba de casería.

— Mira, Ryu. Hay cinco renegados en páginas seguidas acusados de violación y asesinato —Dijo mostrándole el libro a su compañero, quién se acercó a ver los rostros— No valen más de 1,500.000 de yenes pero me sentiría bien si limpiara al mundo de escoria como esa —Mencionó, cerró el libro y lo guardó antes de activar su modo sabio, se concentró en encontrar los chakras— Esto es tener suerte, tres de ellos se encuentran a tan solo unas horas de aquí en diferentes lugares, claro —Miró a su compañero— Primero nos encargaremos de ellos y luego buscaré a los otros dos. Andando —Ryu ladró de acuerdo antes de seguirla entre los árboles.

Al cabo de una hora, se encontraron con el primero de ellos, este estaba en una tienda de dangos degustando algunos acompañandolos de un poco de té.

— Me parece que hemos interrumpido la hora de la merienda —Comentó la peli-rosa frente al tipo peli-negro, este levantó su vista hacia ella, sonrió y dejó su comida a un lado.

— Aún me hace falta el postre. ¿Te apuntas, bombón? —Preguntó con su sonrisa pervertida y una expresión que desvestia a la chica con la mirada.

— No, gracias —Respondió antes de acertarle un golpe en el abdomen que destruyó los órganos internos del hombre, matándolo poco después— Va uno. Vamos por el otro, está cerca —Dijo antes de darse vuelta y caminar, Ryu cargó el cuerpo del renegado en su lomo y trotó hasta alcanzar a su ama.

Unos minutos más adelante, se encontraron al segundo de ellos, este hombre estaba frente a un río, completamente desnudo viendo un bulto que era arrastrado por la corriente. Sakura observó detalladamente aquél bulto notando una mano ensangrentada sobre saliendo de el, un gruñido salió de su boca al percatarse de que el tipo acababa de hacerlo de nuevo.

Cuando el hombre se dio cuenta de la otra presencia y se dispuso a girarse para ver de quién se trataba, la oji-jade le dio la espalda.

— ¡Ryu! ¡Atrapa y descuartiza! —Ordenó ella. El can ladró ferozmente antes de correr hacia aquél hombre y cumplir con la orden mientras la joven disfrutaba escuchar aquellos gritos desgarradores. Cuando ella se giró hacia su compañero, vio frente a él sólo intestinos, carne irreconocible, huesos y una cabeza intacta, se acercó hasta el can y se arrodilló frente a el— Bien hecho, ve a lavarte —Dijo al momento de acariciar su cabeza. Ryu obedeció y se acercó al río para quitarse la sangre del hocico y las patas mientras la oji-jade guardaba la cabeza y el otro cuerpo en un pergamino.

Cuando Ryu terminó de lavarse, siguieron el rastro del tercero hasta un pequeño pueblo a unos cuantos minutos de su antigua ubicación. Caminaron por las calles hasta que escucharon unos gritos femeninos, rápidamente siguieron el sonido notando que venía del mismo lugar de donde sentían el chakra del tercer renegado. Al llegar a una casa algo apartada y notoriamente descuidada, vieron a una mujer salir corriendo de esta cubriendo su pecho desnudo con sus brazos, al mirar tras de ella vieron a un hombre de cabello rubio opaco correr hacia la mujer con un Kunay en mano, su frente escurria sangre y la Haruno dedujo que la mujer se había defendido de alguna manera para poder huir.