El Jinchuriki Color Rosa

Tan lejos... Y a la vez... Tan cerca...

Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador; Masashi Kishimoto.
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- Aahh -Suspiró- Bien -Susurró sin ánimos y fue rumbo a la cabaña de la chica llevando consigo la comida del cachorro. Cuando llegó subió a la habitación y se encontró con el pequeño canino en la cama. Se acercó y sin importarle, en esta misma regó un poco de comida, Ryu empezó a comerla en cuanto la vio-... Supongo que también necesitas agua -Dijo con obviedad y entró al baño, allí tomó una taza y la llenó de agua para luego volver con el cachorro y dejarle el agua a un lado de la comida- Eso es suficiente por hoy. Adiós -Tras decir esto salió rápidamente de la cabaña- Tks... Todo lo de esa niña es una verdadera molestia... -Se quejó rumbo a su pequeño laboratorio.

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En Konoha...

El nuevo equipo 7 se estaba dirigiendo a su campo de entrenamiento hasta que fueron interceptados por un grupo de gennin's.

- ¿Qué hacen aquí, chicas? -Preguntó Karin viendo a las tres jóvenes frente a ellos.

- Tuvimos curiosidad de porque te llamaron y quisimos venir a ver -Dijo Ino cruzada de brazos.

- ¿Y ustedes? -Preguntó Naruto viendo a otros cuatro chicos en el lugar.

- Nosotros vinimos porque pensamos que tal vez se trataría de alguna información de Sakura-chan -Comentó el Inuzuka con su cachorro sobre su cabeza. Atrás de él estaban, el Aburame, Jūgo y Suigetsu.

- No se trataba de nada de esa Haruno -Dijo la Uzumaki dando un paso al frente y llamando la atención de los demás- La noticia es que yo formo parte del equipo 7 ahora que la Haruno no está -Informó con una sonrisa. Las chicas se sorprendieron ante eso y la rubia fruncio su seño de los celos. Los chicos también se sorprendieron de sobremanera, pero el mas sorprendido y disgustado era Kiba. Cambiaron a su mejor amiga por esa lanzada, estaba a punto de replicar cuando...

- Es temporal, Karin -Dijeron el Uzumaki y el Uchiha al unísono.

- Espero que eso te quede claro. Cuando Sakura-chan regrese ella tomará de nuevo su lugar en este equipo -Afirmó Naruto con seriedad, esto tranquilizo al amante perruno, le dio a entender que ellos no estaban de acuerdo con ese cambio.

- Tks, si ya lo sé, Naruto. No tienes que recordarmelo a cada rato -Dijo la chica irritada.

- Vamos chicos, tenemos que aprovechar lo que nos resta del día -Dijo el Hatake retomando el camino al campo.

- Hai -Respondieron tranquilamente los tres jóvenes para luego seguirlo hasta dicho campo. Los demás equipos fueron a proseguir con sus entrenamientos.

Una vez en el campo de entrenamiento, los dos chicos se sentaron cada uno en uno de los tres troncos del lugar para observar la prueba de la chica. Por su parte, Karin y Kakashi estaban frente a ellos mirándose fijamente con unos metros de distancia.

- Veamos que tan hábil eres -Comentó el Hatake poniendo aquellos dos cascabeles en su cintura- Intenta arrebatarme uno siquiera.

- Pan comido, seguramente lo haré mejor que la molestia -Aseguró ella con una sonrisa confiada. Ese comentario molestó a los tres hombres presentes mas ninguno dijo nada, verían si en verdad podría ella hacerlo mejor de lo que lo hizo la peli-rosa.

- Bien, empieza -Ordenó Kakashi con seriedad.

- ¡Claro! -Exclamó con firmeza al momento de correr al peli-plata con su puño levantado, listo para golpearlo. Mas sin embargo el Jounin pudo deternorlo fácilmente. Su mirada aburrida irrito a la chica- ¡Ahora verá! -Karin lanzó su otro puño pero este también fue detenido con facilidad. Pasaron diez minutos y la Uzumaki aún intentaba lograr algo con taijutsu, mas las acciones del mayor eran casi nulas. No se demostraba esfuerzo ni interés en esa pelea por su parte, esquivaba, bloqueaba y devolvía. Pero a diferencia de él, estos golpes si impactaban en el cuerpo de la peli-roja, quien intentaba cubrirse de ellos. Tiempo después se rindió respecto al Taijutsu e intentó capturar repetidas veces al Sensei con sus cadenas, pero este era muy escurridizo. Cómo Jounin, su habilidad para esquivar era muy buena y esto le molestaba a la chica de sobremanera, pero esa molestia solo le hacia las cosas mas difíciles. Perdía la concentración, cometía errores obvios y recibía ataques fuertes sin poder reaccionar a tiempo para esquivarlos o protegerse. Veinte minutos después se dejó caer al suelo sin energía alguna, golpeada y sucia mientras respiraba agitadamente.