Esto no ha acabado.

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Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador Masashi Kishimoto.
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Asumo que... También está ahí pero nosotros no hemos podido detectar su chakra, puede estar oculta —Respondió él.

— Hmp —Musitó el Uchiha y guardó la Katana en su funda antes de correr hacia el lugar.

Y así, todos marchaban hacia la que sería...

La batalla final.

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Al sudoeste del país del Rayo una gran tormenta cegaba el brillo de lo que sería el atardecer, la furiosa lluvia nublaba la vista y los furiosos relámpagos eran aturdidores ante el oído humano, la luz que éstos producían podían hacer creer que por un momento el cielo era iluminado por algo plenamente incandescente y la tierra convertida en espeso lodo, hacía mucho más difícil el desplazarse.

Un total de 200 ninjas corrían con paso firme dejando sus huellas en el lodo, la tormenta hacía sus prendas pesadas y sofocantes además de la poca visibilidad que permitía. Aún así, ellos avanzaban, ninguno de los fenómenos naturales que se pudieran desencadenar iba a detenerlos de su increíble sed de venganza y justicia.

El mismo rastro ya había desaparecido, pero el can al frente de la formación confiaba plenamente en sus afiliados instintos, esos increíblemente hostiles que le generaba la existencia de esa persona que le arrebató todo lo que tenía y que una vez amó. Con cada paso, sus ansias por sentir su carne entre sus garras y colmillos crecía desmesuradamente. Jamás había sentido odio y no sabía si podía interpretarlo como un sentimiento negativo o positivo, lo único de lo que estaba seguro y necesitaba saber, era que sin duda el asesinar a esa humana le generaría un placer indiscutible, que a su vez honraría la memoria de su ama.

Lo que fuera a hacer el Juubi era caso aparte, si este reducía las naciones a cenizas no tenía nada de importancia para ellos, pues la aldea del sonido nunca había sido reconocida como parte de las naciones, eran una pequeña sociedad apartada que se gobernaba a sí misma y vivía bajo sus propias leyes.

Por otro lado, Oda fue alguien de suma importancia para quién fue su líder, era su responsabilidad, como su pueblo; el liberarlo de las garras de esa mujer, estaban seguros que aquella peli-rosa no descansaría en paz si no hicieran algo al respecto.

— ¿Aún falta mucho, Ryu? —Preguntó el líder del escuadrón, Benjiro, a un lado del nombrado. El can lo observó por el rabillo del ojo y gruñó.

— Tres kilómetros más, ¿eh? De acuerdo —Comentó Tatsume al otro lado del can, luego se dirigió a los ninjas detrás de ellos— ¡Tres Kilómetros más, muchachos! ¡No desesperen! —Exclamó, intentando calmar la gran impaciencia que todos tenían por llegar a la batalla.

Así, después de 2 días de guerra y de un largo viaje la aldea del sonido se acercaba sin descanso a la ubicación del enemigo, iban con el solo objetivo de vengar a la Haruno que fue de suma importancia para ellos, pero, lo que ellos ignoraban completamente, era que su sola presencia causaría increíbles acontecimientos y revelaciones. Sólo la apartada aldea del sonido era conocedora del destino que tuvo Sakura Haruno y había llegado el momento de que el resto de las naciones, supieran de este trágico acontecimiento.

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Al Sudeste del país del rayo...

Sobre una pequeña colina rocosa, Nevra Uchiha esperaba sentada en aquella vieja urna, a su alrededor no había nada más que kilómetros y kilómetros de tierra seca y áspera, aparentemente se encontraba totalmente sola esperando a que la alianza shinobi hiciera su aparición, tal y como se había previsto anteriormente.

El Jinchuriki Color RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora