El Jinchuriki Color Rosa

Una guerra sin Jinchuuriki's

Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador Masashi Kishimoto.
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— Te hemos estado esperando, Sakura-chan —Dijo el segundo hombre sin borrar su sonrisa. La chica parpadeó en su lugar.

— ¿Quiénes son ustedes? —Preguntó y extrañamente, ahora ambos hombres sonreían.

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Sakura observó a los extraños esperando una respuesta de su parte, pero ellos aún sonriéndole se sentaron en el sueve césped y con un gesto la invitaron a acompañarlos. Ella lo pensó, estaba muerta, ¿por qué temer?. Se relajó de inmediato y se acercó tomando asiento frente a los dos hombres. El castaño se inclinó un poco e hizo un gesto hacia su persona.

— Mi nombre es Senju Hashirama y estoy completamente encantado de por fin conocerte en persona —Se presentó cortés y miró a su compañero, quién entendió que era su turno de presentarse.

— Yo soy Uchiha Madara, estoy seguro de que has escuchado de nosotros y realmente es bueno que estés aquí, tuvimos que esperar mucho por tú llegada —Dijo el azabache de brazos cruzados. La peli-rosa se mostró sorprendida frente a ellos.

— Entonces... Usted es el primer Hokague —Murmuró señalando al Senju, quién asintió— Y usted es el único Uchiha capás de hacerle frente, también el más fuerte de su clan hasta ahora —Señaló al Uchiha quién también asintió, teniendo una sonrisa ladina ante el reconocimiento de su poder.

— Suponemos que tienes muchas preguntas para nosotros y estamos de acuerdo en responderte cada una de ellas —Comentó el ex Kague. Sakura asintió, estaba muy confundida.

— ¿Cómo es que me conocen y qué es eso de que me han estado esperando? —Preguntó.

— Te hemos estado observando desde el día en que naciste, incluso antes de eso sabíamos que venderías —Respondió Madara.

— ¿Me observaban? —Repitió ella y ellos asintieron— ¿Cómo? —Cuestionó. Hashirama sonrió y señaló el lago.

— Mira ahí —Pidió y ella obedeció, se asomó al agua del lago pero sólo pudo verse a sí misma.

— Es sólo mi reflejo —Ella dijo girándose a ver al castaño.

— Mira con más detalle, Sakura-chan —Instruyó, la chica volvió su vista al lago y entre cerró sus ojos, poco a poco su reflejo se esfumó y apareció una imagen de una pequeña bebé de cabello rosa envuelta en una manta blanca, estaba llorando mientras permanecía en brazos de un pequeño niño de también cabello rosa, pero un poco más pálido.

— Nii-san —Susurró con sorpresa viendo al niño, quién observaba al pequeño bulto en sus brazos como lo más hermoso del mundo. Los hombres detrás de ella también se acercaron a ver.

— Ese fue tú primer llanto, el día en que naciste —Mencionó el Uchiha.

— Gracias a este lago pudimos observar toda tú vida, sin perdernos detalle alguno —Comentó el Senju.

— Eso lo explica, pero... Dudo que si les mostraba mi presente pudieran saber que vendría —Dijo pensativa.

— No lo supimos por el lago, lo sabíamos porque te escogimos —Aclaró Madara.

— ¿Me escogieron? ¿Ustedes hicieron que yo muriera? ¿A eso se referían con que me esperaban? —Interrogó confundida. El castaño negó con su cabeza.

— Te esperábamos porque era nuestro pendiente —Él dijo.

— Aahh —Suspiró— Cada vez entiendo menos —Se quejó ella. Los dos hombres mostraron gestos divertidos antes de volver a sentarse en el césped, la menor los imitó.