El Jinchuriki Color Rosa

Un asco volver, Konoha

Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador; Masashi Kishimoto.
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— ¿Es alguien reconocida? ¿De quién se trata? —Interrogó la castaña. La señora Harumi los observó con una sonrisa.

— Ella es Haruno Sakura-chan —Respondió dejando el lugar en completo silencio.

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Tras varios minutos en silencio y los gestos sorprendidos de los presentes, la señora Harumi lo consideró extraño.

— ¿Sucede algo? —Preguntó ella.

— Sakura-chan es... ¿La líder del pueblo? —Se preguntó a sí mismo el Uzumaki.

— Fue quién los salvó hace tres años... —Murmuró el Uchiha.

— ¿La conocen? —Cuestionó Harumi.

— Así es, Harumi-san... Quién iba a pensar que ella ha estado con ustedes durante estos tres años... —Dijo el Hatake.

— Bueno, Sakura-chan no ha estado exactamente con nosotros —Mencionó la señora llamando la atención de ellos— Sakura-chan nunca ha vivido aquí, pero siempre está cerca para poder estar al pendiente de nosotros —Añadió y volvió a lo que hacía.

— ¿Ella estuvo aquí recientemente? —Preguntó Naruto.

— Sí, hace algunas horas. Justo antes de que fuera a salvar a Gaara-kun —Respondió antes de suspirar— En verdad espero que haya podido llegar a tiempo, la vi muy preocupada... —Murmuró. Al notar la preocupación de la mujer, los presentes se dispusieron a contarle que efectivamente había logrado salvarlo, pero la castaña se adelantó.

— ¿Cómo es que permiten que una renegada gobierne su pueblo sin derecho alguno? —Acusó ella.

— Tenten, ya deja...

— Te equivocas —Dijo la señora interrumpiendo el regaño de Kakashi, los presentes se sorprendieron al ver a aquella amable señora con un gesto de molestia— Sakura-chan jamás nos ha impuesto alguna ley sobre nosotros, ella nos ha cuidado, ayudado y velado por nosotros sin pedir absolutamente nada a cambio. Muchas veces intenté agradecerle con alguna cosa material pero siempre me las devolvía, tenía yo que insistirle mucho para que me las aceptara como agradecimiento por todo lo que ha hecho —Contó cerrando la última caja— Hay muchas personas que hablan mal de Sakura-chan y sabemos bien que es una renegada... Pero ella no es nada de lo que dicen —Volvió la vista a los ninjas— La pequeña Sakura-chan es la niña más dulce, amable y valiente que haya conocido antes. El resto del mundo no saben de lo que hablan al tacharla de criminal o asesina sin corazón —Cargó una caja y se acercó a ellos— Porque esa pequeña, tiene un corazón tan grande y puro, que sin importar lo mucho que ha sufrido sigue firme, no es nublado por el odio o el rencor y es que así es nuestra Sakura-chan —Sonrió con tristeza viendo la caja— Ella está hecha de esa manera, hace todo con el corazón y a pesar de estar llena de cicatrices no cambia, porque no es una elección, es una manera de ser, una manera de vivir —Limpió la solitaria lágrima que descendió por su mejilla antes de ver a los presentes— Esa pequeña... Lo mínimo que merece es nuestro cariño, nuestra confianza y nuestro respeto. No lo hacemos por obligación, lo hacemos porque amamos a esa dulce niña —Finalizó sonriendo.

Tras sus palabras, Lee y Gai lloraban a mares abrazados, Naruto cubría sus ojos con su antebrazo mientras sus hombros subían y bajaban rápidamente, Sasuke tenía la cabeza gacha, su cabello cubría sus ojos pero bien se podía ver su sonrisa y la lágrima que cayó por su barbilla, Kakashi parpadeó repetidas veces para evitar derramar alguna lágrima, Neji sonreía con los ojos cerrados y Tenten tenía un notable gesto de desagrado, que la señora Harumi decidió ignorar.