La noticia

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Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador; Masashi Kishimoto.
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— Hum, la suerte es para los idiotas —Contestó antes de salir de la cueva y saltar al vacío, hasta caer al pié de la montaña. Manda salió de su cueva y se asomó para ver como la chica se alejaba rumbo a la selva. Entonces un rastro de lo que parecía ser una minúscula sonrisa, se dibujó en su rostro; hasta que esta misma la notara y se desiciera de ella. 

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Con Sakura, en algún lugar de la selva...

La joven Haruno se encontraba caminando entre los árboles y el césped alto con cautela. Según le advirtió Manda ella podría ser atacada por otras serpientes en cualquier momento, sólo con el afán de devorarla. La buena noticia, es que según se compañero, Oda; sólo había una serpiente más grande que Manda y esta nunca dejaba la cueva, además de esa, no habían de igual o mayor tamaño que la invocación de Orochimaru.

Después de caminar alrededor de una hora, logró llegar a un gran lago a la mitad de la selva; se acercó al lugar y se quitó sus sandalias ninja para luego saltar al agua. Bajando, notó una variedad de peces peligrosos, tanto pirañas como peces que podrían ser venenosos. Pero, no es como si no supiera que hacer si la atacaban, siguió nadando hasta que vio pasar un grupo de peces frente a ella, estos no eran venenosos pero huían de un cocodrilo que se aproximaba a ella mostrando sus grandes fauses con la intención de devorarla. La peli-rosa nadó hacia el y le propinó un puñetazo bajo su estómago que lo envió fuera del lago para luego aterrizar en el césped a un lado de este. La Haruno salió a la superficie y se sercioro de que estuviera inconsciente, así era por lo que volvió a sumergirse en busca de aquél grupo de peces, cuando los encontró; nadó velozmente hacia ellos, tomó dos en sus manos y salió del agua caminando sobre esta. Al llegar a la orilla dejó los peces en el césped y con la ayuda de un Kunay degolló al cocodrilo.

— Con esto podría comer por una semana y la piel puede servirme para vestir, ya que no traje otra más aparte de la que traigo puesta —Murmuró lavando sus manos en el río. Repentinamente, escuchó una rama quebrarse; se puso alerta sin girar a ver esperando a que lo que fuera la atacara y ella poder hacer su movimiento. Escuchó las pequeñas piedras rodar y supo que se trataba de una serpiente, otro animal las esquivaria fácilmente, mientras la serpiente las haría a un lado al pasar por ellas.

En un instante, el animal atacó enseñando sus colmillos. Sakura reaccionó con una patada giratoria que le voló los colmillos, haciendo que la serpiente de color amarillo saliera chillando de ahí. Sabía perfectamente que al arrancarle los colmillos a una de ellas estas se debilitaban considerablemente hasta desmayarse, por lo que imaginó que esa iría a recuperar sus colmillos a la cascada de la que le había hablado Manda.

— *Cerezo, tenemos que buscar un lugar más seguro como una cueva o algo así. Estar a la intemperie significa sobrevivir a cada minuto* —Opinó el diez colas.

— Tienes razón, si lo hago así tal vez no aguante los seis meses. Aunque es una buena idea pasar algunos días a la intemperie como prueba final de supervivencia, ¿no lo crees? —Dijo cargando el cuerpo del cocodrilo en su hombro mientras llevaba los dos peces en su mano libre. Rápidamente saltó a los árboles y empezó a desplazarse por ellos en busca de algún escondite que no estuviera ya ocupado por alguna serpiente.

Luego de saltar por veinte minutos, encontró una pequeña cueva que para su fortuna estaba desocupada, no era muy grande pero estaba bien para una persona. Entró en ella, dejó su carga dentro y volvió a salir, tomó algunas ramas y rocas del suelo para volver a entrar a la cueva y armar una fogata. Al terminar, se acercó a la entrada de la cueva, hizo algunos sellos y creó una pared de roca que selló la cueva, apenas dejando una pequeña apertura en la parte superior para permitir entrar el aire. Puso los peces sobre la fogata y mientras estos se cocinaban, ella empezó a quitarle la piel al cocodrilo.

El Jinchuriki Color RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora