Mi segunda misión

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Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador; Masashi Kishimoto.
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- Voy a llamarte "Saigo no hitoiki", que significa "Último suspiro". Ya que después de ti, será el fin para cualquiera, serás lo último en lo que piensen y sientan... Serás temido por todos y por todo... Serás una de mis orgullosas armas. -Guardó el veneno en su bolsillo y se sentó en el piso recostando su espalda en la madera de la cama... Minutos después se quedó dormida en el lugar, descansando del agotador día.

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Al día siguiente...

Sakura fue la primera en despertar, un poco adolorida por la posición en la que durmió, se levantó del suelo con lentitud y se dirigió al baño a ducharse. Diez minutos después salió del baño usando su típico vestido rojo con el símbolo de su clan en la espalda y su chort gris hasta el muslo, se peino y amarro su cabello en una coleta. Fue hasta la cocina y se dispuso a hacer el desayuno, el cual estuvo listo en cinco minutos; desayunó y dejó la comida de los otros dos en la cocina.

- No creo que despierten por ahora, sobre todo Gaara -Susurró poniéndose su porta armas, se puso sus sandalias ninja y salió por la ventana del departamento sin hacer ruido. Saltó de techo en techo hasta estar cerca de la casa de la anciana, donde prefirió caminar; llegó a dicha casa y llamó a la puerta.

- Oh, buenos días, Yumi -Saludó el anciano luego de abrir la puerta.

- Buenos días, Ebizô-jiisama -Devolvió el saludo con una leve sonrisa.

- Pasa, mi hermana te está esperando -Dijo haciéndose a un lado.

- Gracias -Agradeció y caminó hasta estar dentro de la casa y echó un vistazo al anciano, este asintió dándole permiso de avanzar lo cual ella hizo de inmediato. Continuó hasta llegar al taller de la anciana Shiyo y pudo verla confeccionando una vieja marioneta- Buenos días, Shiyo-baasama -Saludó llamando la atención de la mujer, quien se giró para verla.

- Buenos días, Yumi. Me di cuenta de que avanzaste mucho anoche, disculpa que me haya quedado dormida -Dijo un poco apenada.

- No hay problema, seguramente usted se sentía muy cansada -Se acercó a la anciana y se sentó en la banca junto a ella.

- Bueno, ¿estás lista para continuar? -Preguntó viéndola con atención.

- Por supuesto -Respondió con tranquilidad. La mayor asintió y tomó el frasco de veneno negro de su estantería.

- ¿Te parece si lo probamos? -Miró a Sakura expectante.

- Claro, para eso fue creado, ¿no? -Ambas se pusieron de pié y salieron de la casa a paso tranquilo, mientras la mujer guiaba a la peli-rosa al lugar donde criaban sus cerdos, ovejas, vacas, etc.

- *Cerezo, ¿qué harás?. Si lo usa se dará cuenta de que ese es falso* -Advirtió.

- *No te preocupes, yo me encargaré de eso* -Dijo/Pensó con tranquilidad. Minutos después llegaron al criadero, Shiyo solicitó un cerdo grande, viejo y enfermo para hacer uso de él. Una vez se les fue entregado, lo llevaron un poco lejos del criadero para hacer el experimento- Shiyo-baasama, ¿podría hacerlo yo? -Preguntó.

- Claro, esta es más tú creación que la mía -Comentó entregandole el falso veneno. En un rápido movimiento, la chica lo cambió por el verdadero que se encontraba en su bolsillo, lo extrajo con una jeringa y lo inyecto en el cuerpo del viejo cerdo.

Segundos después, el animal empezó a gritar mientras salía sangre de su boca, ojos y nariz con rapidez, sus pulmones dejaron de funcionar al igual que su corazón haciendo que el cerdo cayera inerte al suelo. Dos minutos pasaron y se veía la piel del animal como una bolsa vieja y maltratada siendo devorada con rapidez por el veneno. Tras un parpadeo, ambas mujeres sólo pudieron ver cenizas en el lugar donde se encontraba dicho animal. Sakura sonrió satisfecha y la anciana miraba con sorpresa a la chica, pasó exactamente como ella lo dijo.

El Jinchuriki Color RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora