Yo... ¿Fui parte de un trato?

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Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador; Masashi Kishimoto.
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Dos meses después...

Se había cumplido el tiempo límite de la prueba de la Yamanaka, el cual Hiroshi/Sakura había esperado anciosamente.

En este tiempo, el peli-rosa avanzó a pasos agigantados mientras la rubia, por más esfuerzo que hizo, no logró demostrar mucho en su entrenamiento, cosa que por supuesto ya esperaba el Oji-jade. Después de las hirientes palabras del chico aquella vez, él en verdad creyó haberse librado de los coqueteos e intentos inútiles de la rubia por llamar su atención, y así fue, pero sólo tuvo una semana de paz, luego de eso pareciera como si la Yamanaka hubiera olvidado por completo todo lo que le había dicho, y se lanzó nuevamente al ataque. Hiroshi se dio cuenta que por más que le dijera o por peor que la tratase, ella no entendería, así que no le quedó de otra más que esperar a que ella tuviera que irse.

Tsunade, como maestra que era, intentó explicarle e instruirle de muchas maneras para que ella pudiese lograr avanzar, pero si Ino logró controlar un poco del Ninjutsu médico, fue lo máximo que pudo hacer y la Sannin se había dado cuenta de eso semanas antes, cuando la menor no presentaba ninguna mejoría. Por esto, el día anterior a la fecha límite, la Senju le informó que no lo había logrado y tal como lo habían acordado, ella debería irse. Ino pareció frustrada y aceptó, esa noche empacó todas sus pertenencias.

Actualmente, los seis se encontraban en las puertas de Kiri despidiendo a la Yamanaka, quién volvería a Konoha. Bueno, al menos Shizune, Tsunade y Tonton lo hacían, puesto que Hiroshi estaba a unos metros de ellas, recargado en una pared con Ryu a su lado mientras en su espalda cargaba su mochila, hoy era su último día en Kiri y planeaban quedarse próximamente en la aldea del sonido, por lo que el chico simplemente estaba esperando el momento para partir, mientras se cubría de la lluvia, así como lo había aprendido meses antes con el agua de la cascada, poco después se lo enseñó a Ryu y este lo había dominado en poco más de cuatro días.

— De verdad muchas gracias por todo, Tsunade-sama. Me esforcé pero no fue suficiente... Aún así aprendí mucho de ustedes. Los extrañaré —Dijo la Yamanaka con una pequeña sonrisa.

— No fue nada, Ino. No te preocupes, si no destacaste en este campo seguramente lo harás en algún otro, te deseo suerte con eso —Animó la mayor apoyando su mano en el hombro de la chica, instantes después lo retiró— Nos gustaría poder acompañarte a Konoha, pero la aldea del sonido está en la dirección contraria —Añadió.

— No, no nos gustaría. No hable en plural, Tsunade —Intervino el oji-jade. Las dos mujeres mayores lo miraron y suspiraron, ya se habían acostumbrado al trato del chico para con la joven de Konoha y no pudieron cambiarlo por más que le reprocharon. Ino sonrió con tristeza y se acercó al chico, quién la miró inexpresivo.

— También voy a estrañarte a ti, Hiroshi-kun —Confesó viéndolo a los ojos.

— Yo a ti no, y es Hiroshi —Mencionó rápidamente.

— Desearé que nos volvamos a ver algún día —Comentó tomando la mano del muchacho, quién rápidamente se soltó de su agarre.

— Yo desearé que no —Limpió su mano en su ropa— Ahora será mejor que te vayas ya, debemos ir a la aldea del sonido y nos estás retrasando —Añadió. Ino suspiró y asintió, caminó hasta la Sannin y su asistente y les sonrió.

— Adiós, Tsunade-sama, Shizune-san. Fue un placer conocerlas —luego miró al chico a la distancia— Adiós... Hiroshi-kun —Murmuró con pezar antes de empezar a alejarse del lugar.

El Jinchuriki Color RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora