¿A quién creen que engañan?

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Los siguientes personajes no me pertenecen, son de su creador Masashi Kishimoto.
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- *Y ahora... ¿Qué mosca les picó a estos dos?* -Se preguntó frunciendo más su ceño.

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Sakura observó a los dos mayores en espera a que se levantaran, al ver que pasaron varios minutos en la misma posición, se irritó.

- Ya basta, levantanse -Dijo seriamente, ellos obedecieron para mirarla más de cerca.

- Estás en verdad muy hermosa, hija -Comentó su madre tomando un mechón rosa.

- Por supuesto, ya es toda una señorita -Apoyó su padre tomandola de la barbilla. Sakura frunció el ceño ante el tacto y se alejó de ambos.

- No entiendo qué pretenden con todo esto, pero sepan que sus halagos no les servirán de nada -Avisó ella. Los mayores intercambieron miradas y suspiraron.

- Sakura, nosotros no pretendemos nada, sólo nos sentimos arrepentidos -Mencionó Kizashi.

- Tú padre dice la verdad, lo único que queremos es tú perdón, hija -Dijo la mujer, esta se acercó a la oji-jade y tomó su mano- ¿Qué dices? ¿Nos perdonas? -Preguntó.

- No. -Respondió rápidamente.

- ¿E-Eh? -Musitaron ambos sorprendidos. La joven se soltó del agarre de su madre.

- ¿Realmente pensaron que los perdonaría por unas simples palabras de disculpa? Por favor. Ustedes me maltrataban incluso antes de que mi hermano muriera, así que no me vengan con eso de "nos dio duro su muerte y nos desquitamos contigo" porque no me lo creo -Dijo y se cruzó de brazos- Ustedes no fueron los únicos que sufrieron por su muerte -Añadió.

- Pero... Al verte aquí, nosotros creímos que habías decidido volver a tú clan y pues si habías decidido eso... Sería perdonandonos -Comentó su padre confundido.

- Te equivocas. Si estoy aquí es por el simple hecho de que quería ver con mis propios ojos si era cierto que aún vivían. En ningún momento pasó por mi mente quedarme a vivir aquí -Aclaró la menor.

- Entiendo... -Murmuró el hombre.

- Pero, al menos quedate unos días, ¿si? Estoy segura de que has tenido un largo viaje y querrás descansar. En nuestra casa hay muchas habitaciones en las que pueden dormir tú y tu cachorro -Propuso mirándola con una sonrisa.

Sakura miró a Ryu y este estaba tirado en el suelo, cierto... Desde su viaje de dos semanas no habían descansando nada, ella suspiró y miró a la mujer.

- Será sólo por unos días -Dijo ella, los adultos mostraron gestos de felicidad.

- Muy bien, hija. Vamos, te guiaremos -Ofreció el padre. La chica asintió, se dio vuelta y se agachó frente al can, fue entonces que los adultos notaron las Katanas en su espalda- ¿Cómo es que tienes las Katanas legendarias? -Preguntó sorprendido.

- ¿No se supone que estaban dentro de la habitación de Kaito? Esta estaba sellada y también el cofre -Recordó la mujer. La peli-rosa los miró sin expresión alguna.

- Mi hermano siempre me contó todo, era realmente natural que yo fuera la única en conocer el sello y la forma de abrir el cofre - Comentó volviendo la vista a Ryu y ante la mirada sorprendida de todos, lo cargó sin esfuerzo alguno, como un gran y peludo bebe de cuatro patas, este se removió un poco cuando sintió ser cargado- Tranquilo, amigo. Duerme -Le susurró y él se acurrucó gustoso.

El Jinchuriki Color RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora