11. Supersticiones y realidades

664 62 2
                                    

Los cuatro habíamos salido de la Torre del Hokage y nos dirigíamos hacia la entrada. Ya todos estaban preparados, incluso el señor Fukugawa que tiene una mochila para él.

—Oigan —llamo su atención—. ¿Les molestaría si hago algo rápido? Prometo verlos en la entrada de la aldea en cinco minutos.

—Cinco minutos, no más —me dice Goro.

Desaparezco al instante y me transporto a la casa de Naruto. Al aparecer, me encuentro con un Naruto durmiente. Tomo un vaso con agua y se lo tiro encima, haciendo que grite y caiga de la cama, para después levantarse y tirarme un golpe; pero lo esquivo y suelto una pequeña risa.

—Tranquilo, Naruto —digo riendo.

—¡Oh, Dios! Casi te golpeo. —Se abalanza y me abraza muy fuerte—. ¡Perdón, no quería...!

—No pasa nada —le doy un beso en la mejilla y él se separa.

En ambos aparece un pequeño sonrojo.

—¿Por qué no me di cuenta que entraste? —inquiere, tomando una toalla y secándose.

—Seisujikan.

—¿Y esa mochila? —la señala y noto que se pone pálido—. ¿T-Te... irás...?

—¡¿Qué?! ¡No! Bueno..., sí. De misión.

—¿En serio? ¿No te puedes quedar? —inquiere como niño pequeño.

—Es mi primera misión desde que vuelvo, Naruto —digo mientras él me abraza por la cintura—. Necesito más acción en mi vida.

—¿Más acción, eh? —murmura pícaramente y planta sus labios en mi cuello. Su acción provoca que me sonroje a niveles mayores.

—Na-Naruto...

—Me gusta cómo suena eso...

Niego con la cabeza y lo empujo.

—Le dije a mi equipo que los vería en cinco minutos; ya solo me queda uno —le explico.

—¿Cuánto dura tu misión? —inquiere.

—No lo sé... ¿Tres..., cuatro días? Supongo.

Él suspira y me da un beso en los labios.

—Suerte —susurra.

—Te amo.

Él me sonríe, sonrojado.

—Te amo —contesta.

Le doy otro beso y desaparezco de su casa. Reaparezco en la entrada de la aldea, donde ya todos me estaban esperando.

—Cumpliste tu promesa —me dice Goro.

—¿Cómo haces eso, chiquilla? —inquiere el señor Fukugawa.

—¡Oh, yo lo sé muy bien! —exclama Yuriko—. Lady ______ es descendiente del clan Umi por parte de su madre, por lo tanto, ella tiene el Seisujikan. El Seisujikan es un kekkei genkai...

Pero comencé a ignorar lo que decía la niña. No parece tener más de quince años, pero seguramente tendrá las habilidades necesarias para ser jounin y obtener esta misión. Además, me aterra que sepa tanto de mí y que me llame «lady ______».

Todos comienzan a caminar, pero yo me detengo al sentir una presencia cerca de nosotros. A unos metros, dentro de la aldea, veo a Takeshi, que me observa. Se queda quieto unos segundos y luego se aleja. Tengo el instinto de ir a hablar con él, para arreglar lo de hace unos minutos, pero niego con la cabeza y sigo al resto de mi equipo.

Para siempre, de verasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora