52. Rock Lee

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Movía mi pie con inquietud, mientras estaba sentada en aquella silla del solitario pasillo de hospital. Dentro de la habitación que tenía en frente se encontraba mi mejor amiga siendo examinada por los médicos, ya que debían asegurarse que no tuviese nada que pusiera en peligro la aldea.

Finalmente, la puerta se abre y diviso al médico principal, saliendo por delante de todas las enfermeras.

-¿Cómo está? -me apresuro a preguntar.

-Estable, pero con alguna que otra contusión. Nada que sea demasiado grave.

Suelto el aire contenido hasta ahora en un suspiro de alivio. Jade estaba a salvo, al igual que su hijo, Metal. Pero la pregunta que me seguía rondando en la cabeza era acerca del paradero de Lee.

-¿Podría pasar? -le pregunto al doctor.

-Claro que sí, pero sea suave; la mujer apenas se está recuperando.

-Gracias.

Sin más preámbulos, me adentro en la habitación y cierro la puerta tras de mí. Al girarme hacia Jade, noto los varios y grandes moretones en su cuerpo, además de que tiene muchas vendas por su cuerpo.

-Me veo mal, ¿no?

Me sobresalto al escucharla, puesto que pensaba que estaría dormida o algo por el estilo.

-Es la primera vez que te veo así -comento.

-Jamás pensé que estaría así, pero qué más podría esperar de un mundo de ninjas.

-¿Qué fue lo que sucedió?

Jade guarda silencio y mira la sábana que cubre la mitad de su cuerpo. Afortunadamente, ella puede mantenerse sentada, pero lleva un collarín en su cuello, denotando que está muy golpeada.

La puerta se abre de nuevo, dejando ver a un pelinegro de piel pálida frente a nosotras. En su espalda lleva su típico pergamino, que lleva siempre que está en alguna misión.

-Perdona por interrumpir -dice-. ¿Has comenzado con la investigación?

-¿A eso vienes? -interrumpe Jade, comenzando a alterarse-. Pensé que te preocuparías porque tu mejor amiga está en el hospital, no porque algo raro haya ocurrido.

-Y lo hago, Jade. Aun así, debo interrogarte porque Lee está desaparecido.

La castaña parece palidecer y sus ojos se cristalizan.

-¿Metal está bien? -Asiento con la cabeza-. ¿Y qué dices de Lee? ¿Cómo que está desaparecido? Dijo que vendría después de nosotros... No... No, no, no...

-Jade, cálmate, por favor.

-¡¿Cómo quieres que me calme?! ¡Nos atacaron en nuestro viaje familiar y mi esposo está desaparecido!

En ese momento, el doctor vuelve a entrar en la habitación al escuchar los escandalosos gritos de Jade.

-¿Está todo bien? -nos pregunta.

-Debo irme -dice Jade-. Debo encontrar a mi marido.

Hace el ademán de levantarse, pero entre el doctor y yo la detenemos.

-Nosotros nos encargaremos de eso -me apresuro a decir-. Te lo prometo. Lee volverá.

Mis palabras parecen calmarla, ya que se vuelve a su lugar anterior.

-¿Podemos indagar en tus pertenencias en busca de algún objeto útil? -pregunta el azabache que llegó minutos atrás.

Jade se limita a asentir con la cabeza. Me despido de ella y salgo con Sai, quien se apresura hacia la salida en busca de más pruebas en la investigación.

Para siempre, de verasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora