Asomo mi cabeza por milésima vez en el corredor esperando ver su cabello azabache por alguna parte; pero, como las anteriores novecientas noventa y nueve veces, no lo veo por ningún lugar. Suspiro resignada y dejo de morder mi pulgar, pues ya lo he hecho sangrar un par de veces. Después, regreso dentro de la habitación, donde todos esperan a que dé la orden de inicio.
—Se hace tarde, ______. No podemos esperarlo todo el día.
—Naruto tiene razón —concuerda la pelirrosa—. Sarada se pondrá nerviosa si no me ve llegar pronto. Además, no creo que Sas... ¡Sasuke!
Ella corre por mi lado y llega hasta la puerta, donde me encuentro con —un poco sudoroso— Sasuke Uchiha. Sakura se le queda viendo, pero Sasuke sólo le dirige una mirada, para después caminar hasta donde me encuentro.
—¿Realmente lo harás? —Asiento con la cabeza—. Debo decirte que hay un error en tu plan..., como siempre.
Ruedo los ojos, sabiendo que siempre hay algún error en todos mis planes.
—Bueno, me hubiera gustado que nuestro encuentro fuera algo menos... tosco —murmuro.
—Sasuke, ¿crees poder quedarte algún tiempo, para que estés con Sarada?
La pregunta de Sakura lo toma desprevenido —lo noto—, pero se compone al instante y se gira hacia su esposa, negando sencillamente con la cabeza.
—El error es que yo tengo los ojos de mi hermano.
Dejo caer la cabeza sin precaución al escuchar el grandísimo detalle que no debo pasar por alto; después, una solución llega a mi cabeza:
—Le quitaré los ojos a Itachi y los dejaré en un frasco. Así, tú los tendrás e Itachi estará con nosotros.
—Otro error —interfiere Naruto.
Vuelvo a rodar los ojos. Lo único que retrasaba mi rescate era la llegada de Sasuke, pero parece que ahora todo mi rescate estaba mal planeado... Aunque, a decir verdad, he estado ocupada con mis alumnos, ya que hemos estado entrenando para que obtengan el nivel de jounin.
—¿Planeas que Itachi esté ciego? —continúa diciendo Naruto.
Abro la boca para contestar, pero la cierro al no tener una respuesta lógica.
—Itachi no es un enemigo de la Hoja y ya todos lo saben. No hay razón para que él se encuentre sin sus ojos —protesta el Uchiha.
Miro hacia el techo, intentando pensar en alguna otra solución.
—Oye, Sasuke —le llama Naruto, aunque todos le prestamos atención—. ¿Tú no tienes la habilidad de Nagato? ¿Esa del Rinnegan que revive a las personas?
Al instante recuerdo que Nagato dio su vida para revivir a todas las personas de la Hoja. Entonces, creo comprender las intenciones de Naruto.
—¡¿Estás diciendo que traiga a un Itachi muerto y que Sasuke dé su vida a cambio de revivirlo?! —exclamo. Sakura parece ponerse pálida.
—¡Claro que no, de veras! A lo que me refiero es que uno de los Seis Caminos de Pain tenía la habilidad de controlar la vida y la muerte, nada más. No es nada de dar su vida a cambio.
—¿Hablas del Camino Exterior? —habla Sasuke, con su semblante serio que hace que todos recobremos la postura y olvidemos las actitudes de niños.
—Supongo que se llama así. ¿Lo tienes? —Sasuke asiente. El rubio se vuelve hacia mí—. Trae el cuerpo de Itachi, a excepción de los ojos. Si Sasuke utiliza esa habilidad, podrá devolverle la vida y habilidades a Itachi, sin necesidad de que tenga sus ojos.
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Para siempre, de veras
Fiksi PenggemarTercera temporada de «Una llama congelada» y secuela de «Un gélido incendio». -------------------- Mi vida después de la Cuarta Guerra Mundial Shinobi no estaba decidida. Lo único que tenía en claro era que debía enmendar todo lo que hice en la otra...