32. Un regreso inesperado

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Mi mano izquierda estaba entrelazada con la derecha de Naruto; podía sentir las vendas que cubrían las células de Hashirama que le implantaron para que pudiera tener el brazo que le había sido arrebatado en su batalla con Sasuke. Y, aunque no podía sentir el cálido tacto de su mano, no me importaba; aquel vacío de su calidez en su mano era mínimo comparado con el que emanaba su simple presencia en una habitación.

Apenas estábamos llegando a la Hoja, después de nuestra semana de luna de miel. Extrañaría aquellos lugares, pero me sentía contenta de por fin volver a mi hogar y continuar con mi trabajo de los rescates.

Entonces, las puertas de la Hoja se presentan frente a nosotros, abiertas de par en par, como si estuvieran esperándonos a nosotros.

(...)

—¿Ya has terminado con tu entrenamiento?

—Sí, sí. Ya tengo la misma condición que hace dos meses, incluso estoy mejor.

—Ah, ¿sí?

—Sí, creé un jutsu nuevo, aunque me cuesta mucho chakra y es difícil de mantener.

Sakura me estaba haciendo unos análisis... porque yo quería enterarme de algo que me carcomía por dentro. Se acercaba la fecha del siguiente rescate y yo no podía...; no debía...

—Negativo.

Me desplomo sobre la silla de su consultorio al saber que no estaba embarazada. Era un alivio, puesto que, si me embarazaba, tendría que posponer todos los rescates hasta dentro de mucho tiempo y eso no sería favorable.

—¿No te gustaría tener un bebé? —me pregunta Sakura, viendo mi comodidad al enterarme de la noticia.

—No es eso... Es solo que no quiero posponer el siguiente rescate.

—Te importa mucho el siguiente, ¿eh?

—Es alguien importante para mí, ya lo sabes; además, su familia estaría muy feliz de verle.

—Lo sé. Asuma-sensei querrá ver a su hija.

—Y ella a él.

Me levanto de la silla y le agradezco a Sakura por la prueba de embarazo, para después salir por la puerta. Camino por los pasillos del hospital, pero escucho unos pasos correr hacia mí: es Sakura que viene corriendo rápidamente.

—¡______! —exclama ella y llega hasta mí.

—Eh..., ¿pasó algo?

—Olvidé decirte... Bueno, no quería decirte porque supuestamente estabas embarazada; pero ahora que sabemos que no lo estás, te diré...: Kakashi-sensei quiere entrenar con el Equipo 7.

—¿Y eso no me lo pudo decir él? —entrecierro los ojos.

—Está ocupado, ya lo sabes.

Comenzamos a caminar hacia la salida del hospital.

—Sí, lo sé.

—¿Vamos a avisarle a los demás?

Alzo una ceja y la miro, con algo de burla.

—Faltan integrantes, Sakura. Para iniciar, Sasuke no está en la aldea y Sai está de misión con otro equipo. Solo estamos tú, Naruto y yo.

Ella se sonroja y baja la mirada, mientras lleva sus manos a su espalda y estira sus brazos.

—Esto... —murmura, nerviosa.

—¿Qué?

—Digamos que no faltan dos integrantes...; sino, uno.

Para siempre, de verasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora