2 años después.
Dublín, Irlanda.
Bajaba de mi auto después de buscar por 10 minutos un lugar dónde aparcar, bajé a Cath del auto y la dejé en el piso, tomé su mano y caminé con ella.
Hoy por fin de tres años y 6 meses el edificio estaba terminado y listo para inaugurar. No habíamos conseguido ni de cerca el récord Guinness, pero todos estábamos contentos con el resultado; era un edificio departamental amplio, seguro y cómodo para todo el público.
¿Y lo mejor de todo? Por fin volvería a Londres, y lo primero que haría sería buscar a Harry.
—¡Llegas tarde, como siempre!—Me gritó Louis sobre la música.
—¡Ya es una costumbre!—Le respondí y él negó con al cabeza divertido.Tomé a Cath en brazos para evitar que alguien la pisara o se perdiera de mi lado. Louis nos guió hasta nuestros lugares y la ceremonia comenzó.
—Y no podemos terminar esto sin antes agradecer infinitamente a nuestro arquitecto Niall Horan y de igual manera al arquitecto técnico Louis Tomlinson; sin ellos dos nada de esto se echaría arriba, esto seguiría como un plano más, un sueño más, pero ahora tenemos el edificio listo para dar hogar a un centenar de personas—Concluyó el inversionista mayor.
Cortaron la cinta color rojo y toda la gente estalló en aplausos y gritos de victoria. La gente entró en el edificio excepto Louis, Cath y yo. No nos quedaríamos a la fiesta de inauguración.
—¿Estás listo para irte?—Me preguntó.
—Creo que sí, ¿y tú?—Le pregunté y asintió.Ésta vez no tomaríamos ningún avión, nos iríamos en carretera. El viaje en auto duraba una hora y tanto, Louis había vendido todo lo que tenía en Dublín excepto su auto, pero le dijo adiós a su casa y a sus muebles, mientras que yo solo había podido poner la casa en renta; mis muebles llegarían unas semanas después a Londres y me quedaría con Louis mientras tanto.
Le quité el seguro al coche y abrí una de las puertas de atrás, puse a Cath en su asiento especial, me subí al auto y arranqué. Quedaría de llamar a Louis en cuanto llegáramos a Londres para poder instalarnos en su casa.
Encendí la radio y emprendí el viaje de regreso a mi viejo hogar.
Fue más corto de lo que parecía ser; el escuchar a Cath platicarme de cosas sin sentido me hacía reír y ser agradecido con la vida.
En cuanto entramos a Londres todos los buenos y malos recuerdos aparecieron desde el fondo de mi mente, recordé la primera vez que pisé tierras Inglesas —ya que antes vivía en Irlanda— y por supuesto que recordé la primera vez que conocí a Harry.
Recuerdo que íbamos en la misma secundaria aunque no en mismos grados —yo soy mayor que él—, estaba asustado en mi primer día de clases y Harry me ayudó a encontrar mi salón, desde entonces nos hicimos inseparables y los mejores amigos.
Reconocía todas las calles y edificios que veía, Cath veía todo con la boca abierta al igual que sus pequeños ojos; era normal, ya que nos fuimos de Londres cuando era una bebé de meses. Le decía todo lo que tenía que saber de Londres; calles, lugares e inclusive le conté un poco de mi pasado en ese lugar. Sabía que no recordaría mucho de lo que le dije en unas horas, pero me escuchaba con demasiada atención y me preguntaba cosas.
Aparqué en el centro de la ciudad y marqué el número de Louis, después de unos segundos contestó.
—Hola, duende—Contestó, pude descifrar que estaba masticando algo.
—¿Dónde estás?—Pregunté mientras veía a Cath por el retrovisor.
—En mi casa esperándolos, ¿ustedes en dónde están?—Me preguntó.
—¿Tan rápido? ¿De casualidad no te multaron?—Dije riéndome, él también lo hizo—. Mándame tu dirección y ahorita te veo.Colgué la llamada y de inmediato me llegó la localización de Louis, arranqué el auto y llegué a los suburbios de la ciudad, encontré a Louis al inicio de la calle conversando con alguien.
—¡Hola!—Gritó en cuanto vio el auto, se subió y saludó a Cath—. Hola, preciosa. ¿Te gusta aquí?
—¡Es bonito!—Le contestó con una inmensa sonrisa.
—Y te va a encantar mi casa, que también va a ser tuya—Le dijo con una sonrisa.Louis me indicó cómo llegar hasta su casa; era color amarillo pastel, tenía un bonito balcón y flores a los lados, la casa era de tres pisos.
—¿Mi cuarto puede tener el balcón?—Preguntó Cath cuando la bajé del auto.
—Cath...—Le regañé.
—Déjala, Niall. ¡Claro que puede ser la tuya, princesa!—Le respondió y chocaron los cinco.Cath corrió detrás de Louis para entrar a la casa, yo comencé a bajar las maletas y Louis volvió para ayudarme. Después de varios minutos terminamos y dejamos el auto afuera.
La noche comenzaba a caer y Cath estaba de malas por el hambre que sentía, Louis se encargó de «tratarnos bien como buen anfitrión que es».
—Papá, tengo mucho sueño—Dijo Cath subiéndose a mí.
La acurruqué en mis piernas y dejé que se durmiera sobre mí, pesaba como un pequeño cachorro, y eso que comía como elefante.
—Mañana tenemos que ir a la constructora—Dijo Louis terminándose el paquete completo de galletas. Yo estaba terminando otro.
—¿No querrán darnos vacaciones?—Pregunté riendo.
—Ya nos esperaron tres años—Dijo riendo—. Tienen paciencia, pero no tanta.
—Somos demasiado suertudos...—Le susurré, acaricie la mejilla de Cath.Mis brazos y piernas comenzaban a dormirse, llevé a Cath a su nuevo cuarto y la arropé para que estuviera cómoda, volví a la sala con Louis.
—¿Crees que sea buena idea buscar a Harry?—Pregunté sentándome a su lado.
—Sí, ambos han esperado bastante—Me dijo, en la televisión estaban pasando una película de zombies.
—Pero no tengo ni la menor idea de dónde pueda estar—Dije asqueado por la escena.
—¿No dices que tienen una amiga en común? Llámala—Me dijo obvio—. Llámala mañana.Después de conversar un rato más con Louis cada quien se fue a su habitación, mañana sería un día largo y ambos lo sabíamos.
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Papás Sustitutos. •Narry Storan•
Random-¿Y si la tiramos a la basura? -¿Qué?, ¿no crees que está muy nueva como para tirarla? -Eso hacen en las películas. Harry y Niall son mejores amigos y viven juntos desde la preparatoria. Niall con un trabajo estable y Harry con sus estudios casi co...