Cuarenta y ocho; harry

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Este capítulo está narrado totalmente por Harry y su punto de vista. Solo para que no queden dudas.
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Abrí el viejo clóset de mi casa y saqué un traje color rosa claro, me puse bajo el saco una camisa negra y unos zapatos del mismo color, arreglé mi cabello que volvía a estar corto y decente.

Después de terminar con todo mi aseo y arreglo salí de la habitación, tenía meses sin estar por aquí. Todo me recordaba a Niall. Su recuerdo me perseguía como la sombra, incluso en la oscuridad.

Encontré a Gemma sentada en el sillón con un vestido color rojo manzana, estaba lista para la fiesta.

—¿Lista?—pregunté y me miró.
—La verdadera pregunta es si tú lo estás—agregó.
—Seguro, aunque será un poco vergonzoso llegar sin regalo—dije burlón—. Y tarde, bastante tarde.
—Sabes bien a lo que me refiero—dijo levantándose, arregló mi camisa y la desabotonó un poco más.
—Solo saludaremos a Louis y nos iremos—dije tragando saliva.
—¡Oh, no!—puso sus brazos en jarra—. No me arreglé durante dos horas para solo ir cinco minutos.
—Gemm...—ella me interrumpió.
—Romperemos la pista—me sonrió y salió de la casa.

Subimos a su auto y ella condujo hasta la quinta en dónde ya se escuchaba bastante ruido, estaba sudando de los puros nervios, esperaba que por alguna extraña razón Niall no se encontrara ahí, o que el salón fuera demasiado grande y no llegara a verlo.
Pero en el fondo sabía que nuestro reencuentro era casi inevitable.

Gemma aparcó una cuadra después del salón, al parecer la fiesta era en grande pues la calle entera estaba repleta de autos. Tras caminar al menos cinco minutos llegamos a la puerta, un guardia nos pidió nuestro pase personal y nos dejó entrar. Gemma me tomó del brazo para cruzar el césped, sus tacones se hundían y teníamos que caminar con más cuidado, cuando llegamos al salón —que más bien era una terraza al aire libre— observé todo con un poco de atención, buscaba específicamente una cabellera rubia, pero no aparecía por ningún lado, tampoco la pequeña Cath corría por el patio con el montón de niños.

—Por allá—señaló Gemma a lo lejos, Louis y Karoll paseaban por las mesas.

Caminamos por las mesas hasta casi llegar a ellos, sentía más de una mirada sobre nosotros, quizá más de uno supo quién era.
Gemma tocó el hombro de Louis y este volteó después de un segundo, al vernos sonrió de oreja a oreja con los ojos bien abiertos.

—¡Hola!—saludó de inmediato, Karoll sonrió de igual manera. Se veía hermosa.
—¡Felicidades!—Gemma abrazó a los novios y ellos agradecieron.
—No pensé que fueras a venir, Styles—Louis me dijo, sonreí.
—Felicidades, hermano—le di un profundo abrazo, de verdad lo extrañaba—. Cuánto sin saber de ti.
—Lo mismo digo: te olvidas de nosotros—sonrió.

Louis nos dirigió hasta una mesa que aún estaba vacía, me di cuenta que encima del mantel había un cartel que decía Familia Styles.
Sonreí y miré a Gemma a mi lado, ella también se veía preciosa.

—Allá—habló llamando mi atención, seguí su mirada y por fin encontré la melena rubia.

Niall vestía un traje azul marino —muy normal en él—, sobre sus ojos llevaba unos lentes de sol que lo hacían lucir más guapo y sexy de lo normal. Para nada pasaba desapercibido, llevaba a Cath tomada de la mano, aquella niña parecía sacada de una película, era tan linda y su vestido también.

Los seguí a ambos con la mirada y pude ver cómo llegaban hasta una mesa y se sentaban en compañía de los padres de Louis y más gente desconocida. Niall se quitó los lentes y hablaba y reía con la madre de Louis.

Un mesero nos sirvió el platillo fuerte y los dos comimos en silencio.
Necesitaba hablar con Niall a toda costa, no me importaba si él no quisiera, necesitaba aclarar todo con él.

Cuando Louis pasó detrás de mí silla lo jalé hasta mi altura para que me escuchara bien.

—Ayúdame.
—A tus órdenes.

::::::

Gemma accedió con amabilidad el quedarse un momento sola en la mesa, caminé fuera del lugar hasta llegar al patio de ahí. Me paré frente a la fuente que Louis me había descrito, me dijo que se encargaría de llevar a Niall hasta ahí.

Y después de cinco minutos vi a lo lejos a Louis caminando con Niall, el rubio le decía algo, pero el moreno lo ignoraba.

Y cuando ambos estuvieron a unos cuantos metros de mí Niall se dio cuenta de mi presencia, se detuvo en seco y me miró a los ojos, yo hice lo mismo.

—No, Louis...—escuché a lo lejos, sentía que no respiraba por los nervios.

Louis lo empujó por la espalda hasta que estuvo a un metro —o menos— lejos de mí, el castaño no dijo absolutamente nada y regresó a la fiesta con sus cientos de invitados.

—Hola, Niall—rompí el hielo, él parecía bastante incómodo—. ¿Cómo estás?
¿Cómo estás?, ¿De verdad?—habló fulminándome con su mirada color mar.
—Neces...
—¡¿Qué haces aquí?!—gritó interrumpiéndome.
—Lo mismo que tú y todos—respondí con un tono neutro, él no dijo nada—. Necesito que me escuches.
—¿Cómo está Alf?—sentí una punzada en el estómago.
—No lo sé—dije sincero—. No sé nada de él, ni me interesa.

Niall rodó los ojos y se giró para caminar, en un arrebato lo tomé de la muñeca y lo acerqué a mí, le tomé la cabeza y lo besé, lo sostuve con tanta fuerza que temía el hacerle daño, pero lo necesitaba y sabía que él también me necesitaba.

—De verdad rompiste mi corazón.
—Si te niegas a escucharme esto será peor para ambos—le dije. Él me miró a los ojos.
—No quiero escucharte, Harry—sabía que me estaba mintiendo, su voz temblaba—. Si engañaste a Oliver, ¿Por qué no me lo harías a mí también?
—¡Niall basta!—grité exasperado.
—¡Es horrible que te rompan en mil pedazos! ¿No es así?—no respondí nada ante eso.

Dio media vuelta sobre sus talones y caminó en dirección a la fiesta, volví a jalarlo de la muñeca, intenté acercarlo a mí, pero Niall me empujó con tanta fuerza que tropecé con la estructura de la fuente y no pude mantener mi equilibrio haciendo que me cayera de sentón sobre el agua.

Niall se detuvo un segundo y admiró lo que había provocado, pero siguió con su camino hasta la fiesta.

Dejé salir un suspiro.

n/a
Están leyendo ya los últimos capítulos.

Papás Sustitutos.  •Narry Storan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora