Diecinueve

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¿Acaso había escuchado bien? ¿O de plano ya estaba alucinando con Harry en todos lados?

—¿Qué mierda dices?—Pregunté desorientado.
—¡Lo que escuchaste, Niall! ¡Vámonos a Los Ángeles! Vamos a encontrar a Harry—Me dijo.
—¿Acaso estás loco? Pensé que solo borracho decías tonterías—Dije negando con la cabeza—. No haré un viaje de... ¿11 horas? Solo para verlo.
—Son 10 horas con 40 minutos, vamos Niall, tú y yo sabemos que desde hace años te estás muriendo por dentro gracias a su ausencia—Dijo parado frente a mí.
—No—Dije.
—Sí—Me contradijo.
—¿Por qué siempre me llevas la contra, carajo?—Pregunté cruzándome de brazos.
—¿Por qué te niegas a tu felicidad?—Preguntó, rodé los ojos.
—Soy feliz.
—Pero no lo suficiente; vamos Niall, ambos sabemos que te mueres por ver a ese chico, ¡no seas cínico y acéptalo!—Dijo levantando los brazos.

Desvíe mi mirada de él, me conocía tanto que sabía hasta lo que sentía, estaba en lo correcto aunque no quisiera admitirlo en voz alta,

Realmente estaba idealizando esa probabilidad; ¿en verdad podía volver a ver a Harry? Claro que podía, podría sí el mundo me echara la mano en ese aspecto, pero no; en el amor valgo menos que nada.

—Debe ser caro un boleto hasta allá—Le dije después de un rato.
—No me pongas esa excusa, arquitecto—Me dijo sentándose en el piso, aún enfrente de mí.
—Louis... no puedo—Le susurré.
—Claro que puedes, lo qué pasa es que tienes miedo; eso es totalmente válido, pero no es válido dejar de hacer algo solo por eso, a mí déjamelo todo, ¿está bien? Tú solo preocúpate por pensar en qué te vas a poner cuando lo veas—Dijo recargando sus codos en mis rodillas.
—¿Y cómo lo encontrarás, sabiondo?—Le dije recargándome en el sofá—. Los Ángeles es una ciudad inmensa, no terminaríamos jamás.
—¿Qué es lo que te digo, duende? ¡Tú no te preocupes! Tú tranquilo, yo nervioso—Dijo con una gran sonrisa.

Después de dejar de lado por un momento el tema de viajar a Los Ángeles, los tres desayunamos en el comedor, Cath aún tenía sueño así que dejé que durmiera un poco más en su habitación.

Louis había regresado a su casa, no quedamos en volver a vernos, pero me dijo que lo llamara en cuanto tuviera mi respuesta definitiva; mi mente me seguía diciendo que no me atreviera a siquiera pensarlo.

Prendí mi computadora de escritorio y entré a una de las aerolíneas, busqué algún vuelo a Los Ángeles, California.

—13,948$—Susurré leyendo la página web.

¿En serio pagaría casi 28,000$ en dos boletos de avión? Realmente no tenía la necesidad de viajar hasta allá, jamás en mi vida había ido hasta a América y nunca había dejado jamás Europa; toda mi vida he estado en Irlanda y aquí en Londres.

Me mordía las uñas mientras seguía viendo precios y posibilidades; el dinero lo tenía, pero... no estaba del todo seguro. Claro que quería volver a ver a Harry, pero ¿él quiere verme a mí? Ahora él prácticamente es una estrella.

Tomé el teléfono inalámbrico de la casa y marqué el número de Louis.

—Hola, Nia...
—Cállate y escúchame; acabo de reservar tres boletos de avión para Los Ángeles, quiero que me deposites 13,948$ ya mismo, haz las maletas porque en tres días nos vamos—Dije sin descansar.
—¡Maravilloso! Pero espera—Exclamó, dejé que hablara—. Acabo de enterarme del productor con el que Harry está trabajando.
—¿Quién es?—Pregunté sin dejar de ver la pantalla.
—Michael Bay, al parecer Harry es algo así como su «aprendiz» están trabajando en Bad Boys 4... que tiene fecha para 2019—Dijo, ¿cómo se había enterado de todo eso?
—Me alegro que sepas todo eso, ya que tú me guiarás hasta él—Dije con una sonrisa—. Y Louis...
—¿Síp?
—¡No veo el dinero en mi cuenta!—Grité y le colgué, dejé salir una carcajada.

Papás Sustitutos.  •Narry Storan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora