Cuarenta y siete

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Por fin llegó el ansiado día; Louis se casaría hoy. Me levanté con más ánimos que de costumbre. Salí de mi habitación y todo el pasillo olía a perfume y demás. Escuché gritos en la habitación de huéspedes y caminé hasta ahí, me encontré con las tres hermanas frente al tocador, las tres intentaban verse al espejo para peinarse.

—Chicas, ¿Qué hacen?—pregunté divertido.
—¡La estilista no tarda en llegar y aún no estamos listas!—gritó Lottie obvia, dejé salir una carcajada.
—¿Qué no se supone que la estilista las dejará listas?—pregunté.
—Tú eres gay, deberías saberlo—gritó una de las gemelas, volví a reír.
—El que sea gay no me convierte en un gurú de la moda—dije cerrando la puerta.

Regresé a mi habitación y me cambié con un conjunto deportivo, tenía que ir a recoger mi traje y los vestidos de todas las chicas de la casa.
No me molesté en ducharme ya que aún faltaba bastante para la ceremonia. Dejé a Cath con las chicas y les pedí que no abrieran la puerta a menos de que fuera su estilista.

Me subí a mi auto y conduje hasta el centro, al llegar a mi destino entregué mi ticket y me ayudaron a subir toda la ropa a mi auto y por último llevé a envolver el regalo de bodas. Regresé a casa y con bastante cuidado bajé los vestidos, estaban tan llenos de brillos y piedras que tenía miedo de arruinar alguno.

Subí las escaleras y entré al cuarto de huéspedes en dónde cuatro desconocidas maquillaban y peinaban a las hermanas. Cath estaba sentada en la cama comiendo de la caja de cereal. Aquel cuarto era un caos total.

Dejé los vestidos de las hermanas en el clóset y cargué a Cath fuera de ahí. Bajamos las escaleras y le di un desayuno real, comí con ella y esperé 20 minutos después de que terminó para bañarla.

Cada día eran menos las ayudas que Cath me pedía a la hora del baño, no dudaba que pronto podría hacerlo completamente sola. El corazón me sonreía y dolía a la vez al verla crecer tan rápido, sentía que hace poco había llegado a mi vida, aunque en realidad eran ya bastantes años.

Cuando ella terminó yo me duché rápidamente, faltaban dos horas para que la ceremonia comenzara y con el paso de los minutos escuchaba más gritos por la casa.
Saqué el vestido de Cath que era color blanco con un listón azul claro en la cintura, en la parte de la espalda tenía un descubierto en forma de corazón, el vestido caía casi hasta el suelo, era verdaderamente bonito aquella prenda. Y cara también. Pero por Cath todo lo valía.
Al terminar de vestirla me di cuenta que faltaba algo demasiado importante: el peinado. Los cabellos de Cath viajaban de un lado a otro sin ningún orden, no podía llevarla así a ningún lado, aunque ella estaba encantada con su vestido y no le importaba nada más. Salí de la habitación con Cath detrás mío y llegué hasta la de huéspedes.

—Creo que necesito ayuda—hablé y todos me miraron.
—Con ese corte tan pequeño no puedo hacer mucho—habló una de las estilistas.
—No para mí—dije mirando a Cath y todos entendieron.
—Déjala aquí—dijo alguien y asentí.
—Cath, tu vestido es hermoso—escuché la voz de Lottie.
—Mi papi lo escogió—respondió Cath orgullosa.

Regresé a mi habitación y saqué mi traje de la bolsa de hule; constaba de un pantalón de vestir color azul marino matte, una camisa azul más claro con rayas horizontales blancas, una corbata a juego con el pantalón y un saco igual y para terminar unos zapatos negros de agujetas.

Peiné y arreglé mi cabello, estaba listo para partir. Estaba demasiado emocionado y hasta un poco nervioso, parecía que el novio era yo.

Y Harry vino a mi mente de repente... ¿Sería que lo vería en el banquete? Una parte de mí quería verlo y hablarle, pero sabía que eso no era lo correcto. Busqué mis llaves, mi teléfono y mis lentes de sol. Guardé todo en mis bolsillos y bajé las escaleras.

Me senté en el sillón a esperar que todas las chicas bajaran, saqué mi teléfono y entré a Whatsapp. Vi a Louis en línea.

—¿Listo?
—Y nervioso también.
—Todo irá excelente.
—¿Y mis chicas?
—Arreglándose.
—Los veo en un rato.

Y no contesté ese último mensaje, guardé mi teléfono y escuché voces en las escaleras, los cuatro estilistas bajaban con todo su material y equipo, salí a despedirlos y darles el cheque que firmó el padre de Louis. Les agradecí y los llevé hasta la puerta.

—¡Chicas se hace tarde!—grité a los pies de las escaleras.

Nadie me respondió, en cambio Cath bajó corriendo las escaleras, llevaba un lindo moño con su cabello y un pequeña tiara al frente, la cargué en mis brazos y enroscó sus piernas en mi torso.

—Te vez preciosa, mi amor—le di un beso en la mejilla.
—¿Parezco una princesa?—sonrió de oreja a oreja.
—Totalmente—le besé una mejilla.

Los tacones se hicieron escuchar al igual que las voces, todos salimos de la casa y nos subimos a mi auto; Lottie al frente conmigo, las gemelas y Cath atrás.
Conduje hasta la iglesia, los novios aún no llegaban, pero la gente ya esperaba adentro.
Las chicas casi corrieron hasta el frente para sentarse con sus padres, Cath y yo nos sentamos unas cuantas bancas detrás.
Después de 10 minutos Louis salió de una puerta a un lado del altar, se paró en el medio para esperar a Karoll. Louis vestía un esmoquin color negro y gris, estaba peinado con bastante gel y se veía demasiado feliz y nervioso.

Toda la gente se levantó de las bancas, la novia estaba entrando a la iglesia. Karoll llegó del brazo con su padre, Louis la recibió con una cara totalmente satisfecha y contenta, el padre de la novia abrazó a Louis y le susurró algo.
El vestido de Karoll era de una tela llena de encaje un poco grisáceo, tenía una larga cola del mismo material y un velo blanco, aquel vestido era hermoso y Karoll lo lucía bastante bien.

La ceremonia comenzó y después de casi una hora terminó con éxito, mis dos mejores amigos por fin compartirían su vida para siempre, los novios salían de la iglesia al igual que todos los invitados, pero solo la familia más cercana se quedó.

Todas las hermanas y padres de Louis posaron con los novios para una linda foto familiar, después siguió la familia de Karoll, amigos de ambos, de uno solo.
Cargaba a Cath en mis brazos para no perderla ni un minuto de vista, aplaudía cada vez que tomaban una foto.

—¡Niall, ven!—me gritó Louis y me acerqué.

Me puse a un lado de Louis y Karoll me pidió a Cath, se la entregué en sus brazos y nos acomodamos para la foto.
Tomé a Cath de vuelta y salí del cuadro. Me quedé ahí hasta que todos terminaron con las fotos, en todo momento veía a toda la gente al rededor para comprobar si Harry deambulaba por ahí, pero no. No se había presentado a la iglesia.

Cuando ya todos se iban para poder llegar al salón las hermanas subieron en el mismo orden a mi auto y arranqué con destino al salón.

Íbamos a festejar el mejor día de Louis y Karoll.

Papás Sustitutos.  •Narry Storan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora