Veintinueve

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El sonido de mi teléfono me despertó y a tientas lo busqué para contestar.

—¿Qué quieres?—Respondí.
—Levanta ese culo de la cama y prende el canal Nacional—Escuché la voz de Louis apurada, busqué el control y encendí la televisión.
—¿Qué canal es?—Pregunté dormido.
—El 7, apúrate, Harry está dando una entrevista—Al escuchar aquel nombre abrí los ojos como platos y de inmediato puse el canal.
—¿Qué hace dando una entrevista en la televisión?—Pregunté.
—De nada—Respondió ignorando mi pregunta y colgó.

Subí el volumen y admiré la escena, Harry tenía su ahora pequeña melena bien peinada y acomodada, ya no la tenía por sin ningún lado como antes y como siempre. Llevaba puesto un pantalón color mostaza con una franja negra a los lados de las piernas, una camisa color negra sencilla y unos zapatos negros.

—Harry, dinos, ¿cómo te sientes al tener ya un papel en la nueva producción de Christopher Nolan?—Habló la conductora del programa.
—Me siento bendecido, estoy muy agradecido con Christopher por darle una oportunidad tan grande a un novato como yo—Respondió con una sonrisa, carajo... con el cabello corto se ve muchísimo más guapo.
—Bueno, tienes muy buenas recomendaciones por todos lados, ya eres conocido sin ser realmente parte del medio—Siguió la conductora y Harry asentía nervioso—. ¿Tienes algunos otros proyectos aparte de este?
—Sí... de echo sí; estoy haciendo música.
—¡Wow! ¿También eres cantante?
—Apenas estoy comenzando, terminé apenas un álbum y estará como banda sonora en la próxima película de Wes Anderson—Comentó Harry, sonreí al escucharlo tan feliz.

La entrevista siguió casi por una hora y no apagué el televisor hasta que terminó.

Harry estaría actuando con Christopher Nolan e iba a tener su propio álbum.

Él estaba mucho mejor sin mí que yo sin él.

Cath entró corriendo a mi habitación y se recostó junto a mí mientras le acariciaba el cabello.

Se volvió a quedar dormida y llamé a Louis a su casa.

—¿Qué tal la entrevista?—Preguntó en cuanto descolgó.
—Va a salir en una película.
—Y va a tener su propio álbum.
—Él está llegando a la cima y yo sigo en el hoyo—Susurré con la voz cortada.
—Escala hasta tu cima, Niall, si no haces nada jamás llegarás—Me dijo, tenía razón—. ¿Qué te parece si hoy me llevo a Cath conmigo? Necesitas tiempo para ti solo.
—Seguro, solo déjame bañarla y cambiarla—Le dije, vendría en una hora y media a por ella.

Desperté a Cath y le conté lo que Louis tenía planeado y de inmediato comenzó a brincar de la emoción. La bañé y la cambié con un pantalón color beige, una blusa blanca térmica y un abrigo color gris encima, le calcé unos botines cafés de goma y le puse un gorro blanco de lana con el cabello suelto.

Louis llegó por ella y feliz de la vida subió al auto, los despedí y cerré la puerta detrás de mí.

Si Louis se refería a limpiar toda la casa como «tiempo para mí solo» pues vaya que tenía razón.

La casa estaba echa un total desastre, había una pila enorme de ropa sucia y la alacena estaba casi vacía por completo.

Me puse en la cabeza una bandana para que los cabellos no se me recorrieran a la cara, me puse ropa vieja y cómoda y fui por todos los utensilios de limpieza.

Comencé por la primera planta; la sala, la cocina, el cuarto de lavado y el baño.

Lo peor fue el cuarto de lavado.

—Si tenemos lavadora... ¿por qué siempre mando toda la ropa a la lavandería?—Hablaba para mí mismo—. Dios, ¿por qué me hiciste tan estúpido?

Separé la ropa como era debido y dejé la primera ronda en la lavadora.

Terminé de barrer el piso de todos los cuartos y comencé a trapear. La música salía con fuerza de mi bocina, tanto que apenas y escuché el timbre.

Parecía toda una señora, solo me faltaban mis cumbias.

Abrí la puerta con el trapeador en mano y en ellas un par de guantes de goma amarillos.

Y cuando abrí la puerta me morí de vergüenza. Quien tocaba era el mismo Harry.

¡Y yo estaba en fachas, incluso traía puesto un delantal!

—Hola, Niall—Saludó con una gran sonrisa, sabía que estaba aguantándose una carcajada.
—¿Q-qué haces aquí?—Pregunté nervioso, estaba rojo de la pena.
—Quiero hablar contigo...—Susurró suavizando su postura.
—No tenemos nada de qué hablar—Le dije poniendo una mano en mi cadera.
—Por favor, Niall... yo sí tengo mucho que decirte—Me dijo con súplica.

Dejé salir un suspiro y me hice a un lado para que pasara, Harry lo hizo y pude ver que a cada paso dejaba una huella de tierra.

—¡Carajo, Harry, estoy trapeando!—Le grité y dio un salto por el susto—. Límpiate los pies, ¿dónde estuviste?, ¿en el desierto?
—¡Disculpa!—Gritó defendiéndose—. Veo que te tomas muy a pecho el papel de ama de casa.
—Si solo vienes a joder lárgate—Le dije firme, aunque deseaba que no lo hiciera.
—No, no. Claro que no, más bien vengo a disculparme—Susurró frente a mí, era por mucho más alto que yo y tenía que elevar mi vista hasta la suya.
—¿Disculparte?, ¿tú? Por favor—Dije negando divertido.
—Niall... estuve pensando en todo lo que pasó en LA—Dejó caer sus brazos a ambos lados de su cuerpo.
—No pasó nada, tú mismo diste la gran idea de olvidarlo todo, eso hice—Mentí.
—Eres un asco para las mentiras.
—Y tú como persona.
—Auch.
—Vete, Harry. Me haces más difícil esto, déjame terminar mis labores—Le dije.
—¿Qué te hace creer que esto también para mí es fácil?—Me susurró.
—Todo. Ahora vete—Dije firme, sentía la avalancha de sentimientos cerca.
—¿Eso quieres?
—Eso necesito.

¿Por qué nunca podía ser honesto respecto a esto?

Y sin decir nada más caminó hasta la puerta y la abrió, pero antes de irse volteó a verme.

—Lo que pasó en Los Ángeles significó mucho, Niall. Y perdóname por todo lo malo que te he echo.

Y cerró la puerta tras de sí, estaba dejando que se fuera.

Otra vez.

Papás Sustitutos.  •Narry Storan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora