Treinta y seis

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Harry.

—¡Y corte!—Gritó Christopher, se levantó de la silla y aplaudió con una sonrisa de oreja a oreja.

Todos en el set cantamos victoria y celebramos entre los accesorios de cartón, nos abrazábamos unos a otros.

Habíamos terminado la última escena que faltaba.

Ahora podía volver a Londres.

Salí del set de grabación y me cambié en uno de los vestidores, tenía la cara llena de lodo y la ropa también. Cuando mi cara estuvo presentable acomodé mi cabello y salí con una gran sonrisa.

Al parecer esa noche habría una cena por haber concluido la parte más importante y esencial de la película. En mi bolsillo trasero mi teléfono vibró; era un mensaje de Niall.

¿Cómo te está yendo? :)

Sonreí al leer el mensaje, pero no lo contesté, quería darle una sorpresa. Solo esperaba que no tuviera un ataque de nervios al ver que no le daba señales de vida.

Regresé a mi departamento y metí toda mi ropa en la maleta, había adquirido más ropa y tuve que conseguir una maleta más. No sabía cómo iba a llegar al aeropuerto con tanto tiliche.

Y esa noche cené con todo el elenco y producción, no la pasamos bien, pero yo solo quería que ya terminara todo y abordar mi vuelo.

Regresé tarde a casa, Fionn me pidió un aventón hasta su casa y no pude decirle que no.

—¿Y ahora qué vas hacer?—Preguntó.
—Regresar a Londres—Le respondí, tenía los ojos cerrados en el asiento de copiloto.
—¿Tu familia está ahí?—Preguntó y sonreí.
—Podría decirse que sí.

Aparqué el auto afuera de la casa y Fionn bajó del auto, me despedí de él y le deseé lo mejor.

Al llegar a casa tomé mi teléfono y por inercia marqué el número de Niall, pero él no contestó. Lo entendí, era demasiado tarde y él también trabaja.

Me quedé dormido sin siquiera quitarme la ropa, abracé a mi almohada y me quedé dormido.

Sentí que había dormido apenas 10 minutos cuando mi alarma sonó de nuevo, no quería despertarme y pensaba seriamente el qué tan malo sería perder ese vuelo.

Me levanté de la cama en modo zombie y me metí a bañar, las ojeras eran lo que más resaltaba en mi rostro, todo el trabajo en la película estaba haciéndose notar de golpe.

Me vestí con un jean color negro ajustado, una camiseta color blanca con una frase en el pecho y me puse unas botas color café.

Llegué justo a tiempo al aeropuerto, antes de que cerraran las puertas convencí a la señorita que me dejara pasar y accedió con una linda sonrisa.

Corrí por el pasillo y abordé el avión, estaba ansioso y tenía tres mensajes sin contestar de Niall. No arruinaría la sorpresa.

Apagué mi teléfono para que fuera más fácil y dormí todo el viaje, necesitaba hacerlo si quería parecer humano y no un zombie.

Sentí que alguien zarandeaba mi hombro y abrí los ojos alarmado —Niall había pegado eso en mí—, la señora que iba a mi lado me observaba con una sonrisa.

—Llegamos, no creo que quieras quedarte aquí—Me sonrió ampliamente y le agradecí.

Tomé las cosas que llevaba en mano y bajé del avión, apenas eran las 11 de la mañana, era domingo y el sol brillaba sobre mí.

Esperé mis mil y unas maletas y busqué mi uber afuera del aeropuerto. El auto me llevó hasta mi casa y el amable conductor me ayudó con las maletas.

Introduje mi llave en la cerradura y la giré, los muebles estaban cubiertos con lonas blancas y las cortinas estaban cerradas, olía a humedad y había tierra en el piso.

Metí las maletas una a una y las dejé en la sala.

¿Qué estaría haciendo Niall en este momento?

Niall.

—¡Catherine, no pises el suelo, quédate afuera!—Grité antes de que cruzara la puerta del patio, estaba llena de lodo y yo apenas estaba comenzando a trapear—. Límpiate el lodo con la manguera, mi amor.

Me miró divertida y corrió hasta el patio, solo esperaba que no regresara toda empapada.

Seguí con mi limpieza semanal y bailaba al compás del radio, cantaba y usaba el palo del trapeador como micrófono.

—¿Ya puedo entrar?—Preguntó Cath desde la puerta del patio.
—Sí, pero rápido y cuidado no te vayas a caer—Le dije viéndola, corrió por la casa hasta llegar a la sala.

Seguí con lo mío y apagué el radio, ahora tenía que limpiar todo lo demás...

Aún me faltaba la segunda planta.

—Cath; recuérdame de contratar a una señora para que limpie—Le dije entrando a la sala.

Estaba echo un completo desastre; había platos de la cena de anoche, revistas y los juguetes de Tin Tín por todos lados.

Me agaché para recoger los juguetes cuando el timbre de la casa sonó, Cath no esperó ni un segundo y corrió a la puerta.

—¡Yo, yo!—Gritaba mientras corría.
—¡Catherine, ven acá!—Grité saliendo tras ella—. ¿Qué te he dicho de hacer eso?

Ella me ignoró y abrió la puerta con trabajo, estaba enojado. La tomé de la mano y la aparté de la puerta.

—¡Catherine!—Le grité y ella me miró, desvió su mirada a la puerta y sonrío de oreja a oreja.
—¡Harry!—Gritó y se soltó de mí, abrí la boca y me enderecé.

Harry levantaba a Cath y la abrazaba, le decía unas cuantas cosas que no podía entender y veía la escena sin creerlo.

Estaba ahí parado en su puerta.

Estaba de vuelta.

—¿Cómo está mi ama de casa favorito?—Habló refiriéndose a mí.

Papás Sustitutos.  •Narry Storan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora