Cuarenta y tres

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Abrí un ojo, de inmediato reconocí mi habitación, por un momento mi mente estuvo en blanco hasta que recordé todo: la borrachera, las fotos, la pelea... Me levanté de la cama, pero el dolor de cabeza era mucho más fuerte que yo, la habitación dio vueltas y corrí al baño para vomitar el alcohol que circulaba por mi sistema.

—Buenos días—escuché la voz de mi madre.
—¿Qué haces aquí?—musité, no quería ver a nadie.
—Vine a cuidarte, James. Y a decírtelo—respondió y la miré por un segundo, volví a vomitar.
—Vete—dije con la voz ronca.
—Te lo dije—dijo con la cabeza en alto.

Me levanté del suelo y me mojé la cara.

—Tenías razón—dije, la miré a través del espejo—. Supongo que ahora estarás contenta.
—Harry ya no podrá arruinarte la vida—dijo sonriendo.

No sabía qué me daba más asco: las náuseas o ella. Todo el tiempo había tenido razón, ella siempre supo que Harry terminaría haciéndome daño, más de lo ya echo. No quería entrar por completo en mi realidad; ahora él ya no estaba más.

¿De verdad hice lo correcto al correrlo?
Al devolverle el anillo...

Cerré los ojos intentando parar todos aquellos pensamientos, ya no quería pensar en Harry, no quería extrañarlo y no quería que volviera...

Regresé a mi cama y me tapé con las cobijas, por primera vez desde ayer Cath venía a mi mente. Aún con dolor de cabeza me levanté y caminé hasta la habitación de Cath, no quería ni pensar en que Harry se la haya llevado...
Abrí la puerta y no la encontré, la cama estaba echa y no había juguetes en el suelo, corrí escaleras abajo y busqué a mi madre.

—¿Dónde está Cath?—pregunté agitado.
—En la escuela, Niall, por si no recuerdas hoy es jueves—habló mi madre obvia, dejé salir un suspiro.
—¿La llevaste tú?—pregunté.
—Louis.

Y recordé que tenía que ir a trabajar. Vi el reloj de la cocina que daba las 12 del medio día en punto. Mi madre me sirvió algo para almorzar que recibí con gusto. Después de eso las náuseas desaparecieron, pero seguía deshidratado.

Y triste.

Busqué mi teléfono por toda la casa y no lo encontré, buscaba debajo de los sillones de la sala cuando escuché la puerta abrirse. Eran Louis y Cath, caminé hasta ellos y Cath me abrazó, la cargué en mis brazos y la besé.

—Hola—saludé a Louis.
—¿Cómo va la resaca?—preguntó.
—Mal—dejé a Cath en el piso y corrió a la cocina.
—Niall...—comenzó, pero lo detuve.
—No quiero hablar sobre lo de ayer, Louis—le dije. Caminamos a la sala y nos sentamos ahí.
—Deberías buscar a Harry—negué de inmediato con la cabeza—. Escuchar su explicación.
—Mentiras, eso es lo que me dirá—contesté negando con la cabeza.
—Él merece ser escuchado también—dijo.
—¿Lo has visto?—pregunté con vergüenza.
—Anoché lo llevé a su casa, estaba bastante mal—contó, mi corazón se oprimió un poco más.
—También rompió mi corazón—mis lágrimas amenazaban con salir—. Mi madre tenía razón, siempre la tuvo.
—No, Niall. Tú madre nunca tendrá la razón sobre tú y Harry—se levantó del sofá dispuesto a irse—. Piénsalo bien.

Salió de la casa dejándome solo con mi madre y Cath. Comencé a llorar como un niño pequeño, ¿A quién quería engañar? Necesitaba a Harry conmigo. Quizá Louis tenía razón y él necesitaba ser escuchado.

Subí a mi habitación y me duché, olía a muerto y no quería que Harry me viera así de destrozado, me cambié y salí de la casa sin avisarle a mi madre, no quería que me detuviera o hiciera cambiar de opinión.
Me subí a mi auto y por fin encontré mi teléfono. Lo dejé ahí y arranqué el auto, me estacioné dos casas antes de la de Harry, tenía mucho tiempo sin venir por aquí. Me bajé del auto y me paré hasta llegar a la puerta, lo dudé un momento, pero al final toqué el timbre. Toqué otra vez y nadie abría.
Hubiera preferido que fuera así.

La puerta se abrió y levanté mi mirada del suelo esperando ver a Harry, pero no. Para nada. Alf estaba frente mío, vestía sus típicos y horribles trajes negros, sonreía al verme el muy descarado.

—Niall... Hola—saludó sin una pizca de vergüenza. La sangre me hirvió—. ¿Qué quieres?
—¿Qué... Qué haces aquí?—dije más furioso que antes, el tan solo verlo y recordar...
—¡Niall!—escuché el grito de Harry, salió detrás de Alf. Vestía unos jeans negros y una camisa de estampado. No se veía tan mal como yo. Él siempre demostrando que está mejor sin mí.

Se abalanzó sobre mí y me abrazó, por instinto lo detuve de las caderas, él hundió su cabeza en mi cuello, aspiré su rico aroma y lo separé de mí.

—Suéltame—pedí, él me miró.
—Necesito que me escuches...—suplicó.
—Justamente quería eso, Harry. Escucharte, quería darme cuenta que todo fue un error, pero veo que el único error es el haber venido—dije viendo a Alf. Maldito infeliz.
—No, Niall, por favor no, escúchame—me jaló de las manos antes de que caminara más.

Me saqué su agarre y seguí caminando, caminaba con prisa a mi auto, pero Harry pudo alcanzarme. Ambos estábamos llorando, pero en este punto no podía saber si las lágrimas de Harry eran reales por mí.

Lo miré un segundo y el corazón me dolió. Tenía que aceptar que aún lo amaba, sí, pero ya me había lastimado en un pasado y lo había perdonado a pesar de todo.

Pero ya no más.

—Escúchame, ¡Nada es como tú piensas!—gritó.
—Me cansé de ser tu juego, Harry...
—Jamás has sido mi juego—tomó mis mejillas con sus manos, pero me alejé.
—Me has demostrado lo contrario.
—¡Me he dedicado a amarte, Niall!, ¿Acaso no vez? Eres el maldito amor de mi vida—su cara expresaba que él también sentía.
—Tus acciones siempre valdrán más que tus palabras, Harry. Te hubieras acordado de mí cuando decidiste estar con él—me alejé de él y caminé de nuevo a mi auto.
—¡Tu madre es la causante de todo esto, ella ocasionó todo!—gritó, más de un vecino salió a ver qué sucedía.
—No metas a mi padre en tus porquerías—regresé hasta él con ira.
—¿Cuándo bajarás a tu madre de ese maldito pedestal? ¡Ella no te quiere ver feliz!—Harry tomó sus cabellos con ambas manos. Yo solo seguí con mi camino.

Escuchaba los gritos de Harry, me dolía mucho el verlo así, pero yo también estaba sufriendo. Volteé una última vez antes de subir a mi auto, pude ver a Harry arrodillado en el suelo llorando.

Sabía bien cómo se siente estar así.

n/a

¿Pueden creer que llevo escribiendo esta novela por un año completo? ¡Woooooow, muchas gracias por todos las leídas, esperas, comentarios y votos!

All te fucking love.

Papás Sustitutos.  •Narry Storan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora