Veintitrés

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Abotoné mi camisa y voltee a ver a Louis, a su lado Cath ya estaba dormida.

—¿Cómo me veo?—Le pregunté.
—Nervioso—Respondió—. Pero adorable.
—¿Adorable? ¡No quiero verme adorable!—Dije viéndolo fijamente.
—Lo llevas en la sangre, Niall, no lo puedes evitar—Dijo sonriendo.
—¿En dónde queda el bar ese?—Pregunté, miré mi reloj de pulsera.
—Ya pedí un uber, él sabrá llegar—Dijo sin dejar de sonreír—. Espero que todo salga bien, Niall.
—Gracias. Cuídense mucho—Dije y salí de la habitación.

Salí del hotel y esperé el uber que me llevaría hasta el famoso bar. Cuando encontré el auto me subí y partió hacía el destino.

Al llegar me di cuenta que era una zona bastante transitada en aquella ciudad, le di las gracias al conductor y bajé. Observé todo con atención y crucé la calle.

La entrada era libre y no estaba tan saturado de gente, al parecer aún era temprano para empezar la borrachera. Al entrar el olor a cigarro, sudor y alcohol me mareó, nunca he sido un gran fan del alcohol exótico, me conformaba con la cerveza y ya.

Me moví entre la gente sin parecer que estaba perdido, la música retumbaba en el piso y el estómago se me hacía pequeño por la sensación. Llegué a la barra y para verme un poco normal pedí una cerveza.

—¡Gracias!—Le grité al hombre de la barra.
—¡Hola!—Escuché que alguien me hablaba, voltee a mí lado y me encontré con una mujer—. ¿Por qué alguien tan apuesto como tú está solo?
—Pues... espero a alguien—Dije sonriendo, la mujer era guapa y algo joven, me sonreía y veía de una manera extraña—. A mí novio, para ser más precisos.

La mujer me miró y negó con la cabeza. Se levantó de mi lado y se perdió entre toda la gente, solté una pequeña risa y le di un sorbo a la botella, observaba la pista de baile y a toda la gente; intentaba ver alguna cara conocida —especialmente la de Harry—, pero no encontraba nada que llamara mi atención.

Pedí la tercera cerveza y seguía sin encontrar mi objetivo, comenzaba a desesperarme y creer que Louis había tomado la información de una fuente no fiable, pagué lo que había tomado y antes de irme fui al baño.

Me deshice de mis orines y salí del baño oliendo ya a alcohol, me acercaba a la salida cuando vi una larga cabellera llena de rizos mal definidos.

Abrí los ojos y busqué la cara de aquella persona y, en efecto, era Harry.

Pero al parecer no venía solo, desde lejos divisé que venía con un hombre, se veía de su edad, era más alto y moreno.

Era algo guapo.

Los seguí hasta la barra dónde se sentaron y pidieron algo, ellos no se daban cuenta de mi presencia y tampoco sentían mis miradas, ¿quién era ese cabrón?

Conversaban de algo que poco me interesaba y reían, en un momento el chico se acercó a Harry y lo tomó por la cintura, mi corazón dio un vuelco y quería salir corriendo hasta ellos.

Harry reía por algo que aquel hombre le decía, recargaba sus manos en su pecho y le susurraba cosas al oído, la sangre me hervía y necesitaba saber qué estaba pasando.

Él no podía ser su novio...

Y la gota que derramó el vaso fue cuando vi que se besaron, Harry se estaba besando con aquel tipo, ¡y hace menos de 24 horas se había metido conmigo!

Apreté los puños y podía sentir la cara roja del enojo, se estaban besando y no paraban.

Caminé hasta ellos y de un jaló los separé, vi la confusión en los ojos de Harry y el enojo en los del desconocido.

Papás Sustitutos.  •Narry Storan•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora