Dedicado a alonftrugge
e _iQueCursi
Había estado tan pérdido en la maravillosa idea de tener a Jos ahí que, ni siquiera se dio cuenta de en que momento el pelinegro había ingresado a la habitación el pequeño bolso en dónde llevaba sus cosas; recordemos que, se suponía, había pasado la noche con Jay haciendo ese complicado, importante y extenso proyecto de biología... claro, cómo sí él profesor de dicha asignatura tuviera tanto interés por los trabajos especiales.
Alonso no quería irse aún, una noche le parecía una limosna de tiempo con el ojimiel después de haberlo tenido lejos por una semana; y no es que Canela ya se fuera a ir siendo las primeras horas del domingo si no que el príncipe prometió a Minerva volver a tiempo para desayunar juntos. Era mejor llamarle ya, antes de que la mujer lo empezará a presionar diciéndole que ya debería estar en casa: era capaz de quitarle los pocos permisos que tenían, aún y así fuesen para asuntos del colegio (asuntos reales del colegio).-Buenos días, Alonso -escuchó la voz de la abuela del otro lado de la línea; le había atendido pronto.
-Buenos días, abuela, espero hayas tenido una linda noche -se sacudió el mojado cabello: recién había salido del baño del ojimiel-. Llamaba para decirte que ya voy en camino -observó la puerta de la habitación, de seguro Jos seguía en la cocina pidiendo algún exquisito desayuno para los dos. Deseaba tanto quedarse.
-Oh, querido, vas a tener que disculparme -ay, ese apodo que solía darle cuando iba a darle noticias no deseadas... o tal vez aquella ocasión era la excepción. Era algo bueno para el príncipe y su psicólogo pintorcito-. Voy a desayunar con mis amigas del club de lectura. Queremos comer juntas antes de comenzar la sesión.
-Ya veo... por mí está bien, adelante, ve -evitó sonar extremadamente feliz.
-Pero tú puedes hacer lo mismo, estás con tus amigos, ¿no es así? Quédate a pasar un rato con ellos. Esta semana me has dejado complacida con tus deberes, voy a atreverme a decir que te lo mereces.
-Sí... sigo en casa de Jay -se le escapó una sonrisa traviesa cuándo Jos entró a la habitación. No es que nunca le hubiese mentido a Minerva, sin embargo, últimamente; Canela lo había hecho superar sus límites entre tantas excusas inventadas.
-Entonces, te veré más tarde -le dijo, escuchando una risita del otro lado de la línea y es que Alonso había hecho tal cosa por los continuos besos del mayor en su mejilla-. ¿De qué te ríes? -le preguntó de inmediato, tratando de escuchar que estaba pasando.
-Nada, solo... los chicos y sus cosas. Está bien, abuela, te veo al rato. Cuídate -contestó, tratando de alejar al pelinegro sin éxito alguno.
-Igualmente, Alonso -fue lo último que le dijo antes de colgarle.
Campderich dejó el teléfono de lado, terminando de vestirse al colocarse la delgada camisa de imitación de mezclilla, de un tono oscuro que resaltaba la camiseta roja de abajo.
-Te agradecería que no tengas esa cercanía mientras hablo con mi abuela -le reprochó, sentándose para acomodarse los converse (rojos también).
-Lo siento. Es que de mis cosas favoritas en el mundo es verte con el cabello mojado o húmedo; realmente me pone...
-Cierra la boca, Jos -le interrumpió, silenciadolo.
-Ya tienes que irte, ¿cierto? -preguntó, mirando como se volvía a poner de pie.
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castle walls ♕ j. v.
FanfictionTodos piensan que lo tengo todo, pero es tan vacío vivir detrás de los muros de este castillo. -Fuiste directo a mi corazón y me sacaste de la oscuridad. • Obra inspirada en Blair Waldorf y Ámbar Smith. Esta historia contiene situaciones y comporta...