La pintura había pasado a ser algo que solo tenía su total atención los fines de semana, era lamentable si se veía desde dicha perspectiva, pero la razón por la que había sido así, no estaba para decaerse; Jos había empezado a trabajar al lado de su ex profesor, el señor Quivera. Había creado un gran lazo con el mismo, era una de esas relaciones estudiante-profesor que muy pocos lograban entender al nunca haber experimentado una: desconocían lo lindo que era el que te entusiasmase tanto recibir conocimientos de una persona a la que admirabas demasiado pues tenía ese algo que en un futuro aspirabas a ser; eso era lo que sentía Jos por su ex profesor, a pesar de que más de un estudiante lo ha juzgado de ser un viejo amargado empeñado en hacerles la vida difícil con tantos trabajos. Quizá también estaba el hecho de que Canela siempre fue un buen alumno, uno que supo destacarse en cada tarea y proyecto. El pelinegro nunca lo admitió al parecerle estúpido, pero en más de una ocasión logró considerar a ese hombre como su abuelo.
—Adelante, por favor. Tome asiento —escuchó la amable pero firme voz del ojimiel en cuánto se adentro a ese consultorio, consultorio que solía ser el más llamativo tal vez porqué era el psicólogo terapeuta más joven ahí o simplemente porqué sabía ponerle su personalidad a todo espacio que pasaba a ser suyo.
—No me digas que esperabas encontrarte con otro paciente, muchacho —el hombre soltó una risa leve, suficiente para que Canela levantará la mirada ya que, esta, estaba concentrada en su escritura—. Ya es hora de comer, no tienes más citas hasta dentro de una hora.
—Oh... es cierto —dibujo una mueca ante la pena, quitándose esos lindos lentes para vista cansada; una herencia de Mariana—. Lo siento, es que realmente pierdo la noción del tiempo cuando estoy con mis pacientes —sonrió tenue.
—Tonterías, José; no te disculpes por amar lo que haces, no hay mejor indicador que ese para saber que estás dedicando tu vida a la vocación correcta.
—Usted siempre encuentra las palabras perfectas, quisiera tener ese don —a pesar de todo, Jos siempre le guardó tanto respeto que nunca supo tratarlo de "tú" aun y Quivera se lo haya pedido hasta el cansancio.
—Yo creo que sí lo tienes: en estos seis meses has roto el récord en cuánto a ganar pacientes.
—Eh... sí —murmuró bajamente—. Solo espero que no se arrepientan de su elección —aclaró la voz, soltando una risita muy a penas audible.
—¿Desde cuando te has vuelto tan inseguro? Si siguen acudiendo a ti es por algo.
—No es inseguridad, tal vez solo es modestia; no creo ser tan buen terapeuta como usted.
—Oh no, por supuesto que no lo eres —pausó unos segundos—, eres mejor que yo, lo cuál me ha llevado a tomar la decisión de que seas tú quien heredé todo esto cuando yo ya no esté.
—No puedo creer todo lo que está diciendo, usted aún tiene una vida por delante y una hija que merece heredar esto.
—Ella nunca ha mostrado interés: por supuesto que heredará otros bienes, pero el centro psicoterapéutico, no. Estoy seguro de que eres totalmente capaz; no hagas que todo eso se me convierta en decepción.
—Hablaremos de ello después —tomó las llaves del auto y el celular—. Insisto en que aún tiene mucho por vivir, ahora, solo deberíamos de preocuparnos por ir a comer —dijo como cambio de tema, pero también fue una invitación indirecta.
—Esta charla no ha terminado, José —aseguró con autoridad—. Anda, ve a cubrir tu hora de comida, yo iré después —cambió el anterior semblante serio por una amable sonrisa.
Lo dicho por Quivera, permaneció dando vueltas en la mente del ojimiel, tanto, que ni siquiera se dio cuenta de en que momento llegó al restaurante; lugar en el que había quedado de verse con Freddy, el par de amigos últimamente estaba siendo absorbido por el trabajo, sin embargo, tenían la suerte de compartir la misma hora para salir a comer, esa que servía para desahogar cualquier cosa que estuvieran reprimiendo, para hablar sobre los últimos partidos o simplemente para compartir esos chistes malos tan comunes entre ellos. Después de tener lo que ordenaron frente a ellos, la charla comenzó: teniendo por primer tema lo recién comentado por el ex profesor del ojimiel.
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castle walls ♕ j. v.
FanficTodos piensan que lo tengo todo, pero es tan vacío vivir detrás de los muros de este castillo. -Fuiste directo a mi corazón y me sacaste de la oscuridad. • Obra inspirada en Blair Waldorf y Ámbar Smith. Esta historia contiene situaciones y comporta...