heart on your sleeve

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Dedicado a AlonPecos0








Destino amable, casualidad tranquilizadora 1/2


















Odio que tengas razón, odio cuando me mientes. Odio que me hagas reír incluso más que me hagas llorar. Odio no verte la cara y que no me hayas llamado, pero más odio no odiarte. Ni un poquito, ni un ápice, ni nada.
—10 things i hate about you.



































Una de las ventajas de la ausencia de Minerva era poder hacer todo aquello que le tenía prohibido: así fuera salir a desayunar en compañía de Bryan y Jay, podía sonar cómo algo sumamente sencillo, sin embargo, el ojiazul no tenía la libertad de ver a sus mejores amigos fuera del Guillmore.

—¡Qué asco! ¡Está en mal estado! —se quejó Gorjesi después de haber probado aquel yogurt con fruta. El trío de chicos recién había comprado lo mismo para comer en esa mañana.

—¿De qué hablas? El mío está perfecto y por lo que veo —pausó, observando a Mouque comer—, el de Bryan también.

—¡No, Alonso! Es en serio, ya no sirve, mira, huelelo —dijo, acercándole el yogurt a las fosas nasales.

—¡Claro que no! ¡Maldito asqueroso! —chilló con nariz arrugada—. Vele el lado positivo, puedes ir a que te lo cambie por algo gratis. El sitio tiene buena reputación, no le convendría en lo absoluto la publicidad de algo que ya no está en buen estado.

—No —nego varias veces—. Ya no quiero nada de ese lugar.

—Tú te lo pierdes —se encogió de hombros, terminando con la mirada sobre quién tenía su mayor repudio en ese presente; sentado en una banca del cercano parque, se encontraba Gabriel—. Y hablando de perdidos —giró los ojos, haciendo que el par de chicos notarán la presencia de Fermosel.

—Sí quieres nos podemos ir por otra parte —le sugirió Bryan.

—Por supuesto que no, no tengo por que huirle. Ese wannabe no va a arruinar mi sábado —respondió, comenzando a caminar seguido de los otros dos.

Campderich, entrecerró los ojos con sumo desprecio al ver al chico frente a él, este, le miraba con total superioridad.

—¡Vaya! Qué regalo me ha traído el fin de semana. Me encantaría decir que está tan reluciente como siempre, su majestad, pero parece que algo o alguien le falta para estar brillando —se burló Fermosel, mirándole de pies a cabeza con sonrisa socarrona.

—Me apena tanto qué me creas tan patético cómo tú: nadie es indispensable en mi vida.

—¿En serio? Por que, aunque trates de ocultarlo, yo te noto realmente mal. Incluso, me atrevo a decir que hoy luzco mejor que tú.

—No me digas —contestó sarcástico, al mismo tiempo que le daba su yogurt a Bryan, prosiguiendo por tomar el de Jay—. Yo no sabía que un ouftit con yogurt en mal estado se veía tan bien —sonrió ampliamente, vaciandole todo el líquido hediondo en la cabeza, el mismo, no tardó en dispersarse en el resto del cuerpo de un (anonadado) Gabriel—. Por cierto, ni aunque estuvieras bañado en brillantina, con tres reflectores sobre ti... podrías brillar más que yo —suspiró, sonriendo por última vez—. Chicos —le llamó a su inseparable par, no tardando en desparecer los tres de la vista de Fermosel.




















castle walls ♕ j. v.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora