love's pill

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Dedicado a jal0nsoeclipse











Destino amable, casualidad tranquilizadora 2/2


































Y ahí estaba Bertha, apuntandolos con una linterna, mirándolos con acusación en la entrada de la mansión. Jos, se había ofrecido a acompañar al menor a casa y a unos cuantos pasos de llegar a la mansión, una gran tormenta se soltó, obligando al príncipe a darle asilo, bueno, tampoco es que estuviera haciendo un enorme sacrificio; la cálida compañía de Canela era perfecta en una noche tan lluviosa y helada.

—No sé sí el que ustedes dos estén juntos en una noche como esta es una completa casualidad o un total destino absurdo —les dijo, poniéndoles la luz de la linterna en los rostros, haciéndoles voltear a otro lado.

—¡Nana, basta! —le reprendió el ojiazul—. Puedes bajar la defensa, está todo bien con Jos. Ya hemos aclarado las cosas.

—Vaya, ya era hora —dijo para sí misma, notando que el pequeño castaño la veía con ojos entrecerrados—. Aun así, no son horas para que se ande paseando por la calle, joven Alonso, mucho menos sin energía eléctrica. Sin su padre y abuela en casa, usted está bajo mi responsabilidad.

—Relajate ya, ¿quieres? —cruzó los brazos mientras oprimía los labios.

—Se lo voy a dejar pasar, en cuanto a usted —se silenció para mirar al pelinegro—, le permitiré quedarse solo por este clima tan atroz, le pido que tenga la amabilidad de avisar a su madre o hermano; ustedes jóvenes andan libres por la calle sin imaginarse la preocupación que da —continuó, observando a un ojiazul con frente arrugada.

—Lo haré, Bertha, gracias —liberó una risita que quiso evitar—. Ahora mismo le mando un mensaje a Alex, el siempre trae datos, no puedo decir lo mismo de mi mamá.

—Lo voy a llevar a una habitación para huéspedes —prosiguió la mujer en un tono más ameno.

—¡No! —chilló el ojiazul a lo que Jos le miró con diversión—. Quiero decir, yo lo puedo llevar. Como te dije cuando me fui: debes de estar cansadisíma, anda a dormir de una buena vez —le sonrió mientras pestañeaba, Campderich lograba verse extremadamente dulce, aunque en el interior estuviera albergando una sensación totalmente opuesta.

—Está bien, joven Alonso. Qué pasen buena noche, con su permiso —habló antes de dar la media vuelta, no tardando mucho en parar en seco—. A propósito, una cosa más; quitense los zapatos, yo no me encargo de la limpieza y ya me dio pereza el solo hecho de imaginar como va a quedar la mansión con sus pisoteados enlodados por todo el piso y las alfombras.

—Despreocupate, nana, ya te puedes retirar —le miró con ojos exaltados, expresión que la mujer entendió a la perfección, cualquiera lo hubiera hecho, era como de: ¡Ya déjanos a solas!

—Voy a dormir en tu habitación, ¿cierto? —preguntó el ojimiel en cuanto Bertha desapareció.

—Desde luego —contestó sonriente mientras se quitaba los zapatos, comenzando la ruta hacia la alcoba, ayudado por la literna del smartphone. Canela le imitó, siguiéndole mientras le escribía a Alex:

"Estoy con Alonso. Dile a mamá que
la tormenta me atrapó en la fiesta de Freddy y que ya no me dejó salir
por temor a que me pasará algo.
Nos vemos en la mañana.

castle walls ♕ j. v.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora