welcome, princess

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Dedicado a alongay y AlonLovesJos













































Necesitaban un tiempo para asimilar toda la situación porque ¿Era en serio? ¿De verdad habían finalizado la adopción de la pequeña? Aquel hecho ya era demasiado como para también tener que captar que, en esos momentos, iban camino al penthouse Villalpando con la niña en brazos; pasaría a ser un trabajo de tiempo completo... y por más de veinte años. Tal vez estaban siendo exagerados, pero, sus mentes empezaron a contemplar las futuras necesidades de su hija, como la educación y un buen estado de salud, al menos eso era lo que estaba pensando el ojiazul pues, Jos, sintió los nervios de punta a penas se imaginó a Dalary saliendo de fiesta o sufriendo por algún idiota que le rompió el corazón: sí, Canela sí estaba dramatizando la situación, su hija no tenía ni un mes, definitivamente, su mente estaba yendo demasiado lejos, porque la vida de un hijo no pasa volando ¿Verdad? Tal vez sí desde la perspectiva de un padre y, ahora, él lo era, bueno, los dos lo eran.

—Nuestras vidas van a cambiar para siempre, estoy tan asustado —murmuró el príncipe, observando con detenimiento al ojimiel: era la primera vez que lo veía con la niña en brazos y la imagen era más que adorable.

—Nadie puede entenderte mejor que yo en estos momentos —suspiró bajito—, sin embargo, al igual que siempre, debo de hacer que dejes de ver solo el lado negativo: esto no es un cambio de vida malo, es uno bastante radical, sí, pero no deja de ser bueno.

—Para ti es más fácil, Jos, te irás muy tranquilo a tu apartamento ya que la niña se quedará conmigo —respingó, arrugando la nariz.

—Eso no significa que vaya a cuidarla, procurarla o quererla menos que tú. Además, tendrás el ayuda de Bertha —fijó la mirada en la pequeña ojiazul, acariciandole el suave rostro; parecía no tener problemas con mantener un sueño profundo.

—Ese no es mi problema, mi problema es que deberías de estar con nosotros siempre —se recargó con pereza en el asiento. Alonso sabía que aquello podía ser el inicio de una discusión y, Bruce, empezaba a sentirse incómodo pese a querer mantener su concentración en conducir.

—Nunca los voy a dejar solos —respondió tranquilamente.

—¡Agh, idiota, hablo en sentido literal! —gruñó bajamente.

—Si ese es tu problema, lamento decirte que tú solo lo has ocasionado al no querer que vivamos juntos —se defendió, aún mantienedo aquel tono ameno—. Este sería el momento perfecto para comenzar a vivir juntos, es obvio que Dalary nos necesita a los dos.

—Olvida el tema, ¿quieres? Fue un día bastante pesado en Rose Ville y ruego por algo de silencio ya que de antemano sé que no voy a dormir —dijo antes de voltear hacia la ventana del auto, contemplando con atención el paisaje neoyorquino nocturno.

—Alonso, es que simplemente no entiendo por qué no quieres que vivamos juntos: ni siquiera pienso molestar tu comodidad, sería yo quien se mudase a tu apartamento —resopló—. No hay necesidad de criar a la niña separados hasta que nos casemos.

—Cállate ya, Jos, la vas a despertar.

—No, no lo haré, al menos hasta que entiendas que podemos vivir bajo el mismo techo. Tenemos una relación que está llena de amor, se supone que podemos estar juntos para Dalary. Otra cosa sería si acabaramos de terminar y nos odiaramos a muerte.

castle walls ♕ j. v.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora