castle walls ♕ j. v.

half alive

Dedicado a Josftalon, Triana35_, jalonsoxAuslex y Citlali95

Dos años después.

En sus casi cuatro años de matrimonio con Canela, ocurrieron varias cosas, probablemente la más impactante para el ojiazul fue la muerte de Minerva o bueno, al menos creyó que eso sería lo peor. De cualquier manera, el fallecimiento de la mujer llegó a afectarle: fría, manipuladora y egoísta, pero al fin y al cabo la mujer que lo crió, ciertamente estuvo obligado a ir al sepelio, pero también una parte de él fue natural, quiso presentarse ante la tumba de su abuela. Increíblemente, el ojiazul lloró un poco, tal vez porque Minerva murió y él nunca consiguió que fuese la mujer que siempre quisó y necesitó en su vida pues, al contrario, lo único que hizo fue criarlo a su imagen y semejanza para después provocarle dolor cuando dejó de ser su pequeña marioneta. Aquel asunto había sido tan extraño, el psicólogo ni siquiera pudo acompañarlo por un viaje de negocios y su padre se encontraba en una prisión bastante alejada del sitio dónde murió la mujer (sin contar que aún le quedaba una larga cadena por pagar). Para ser precisos, Minerva falleció al mes de que la pareja cumplió dos años de casados, había sobrevivdo más de lo que los doctores pensaron, aunque no se le pudo llamar calidad de vida a sus últimos tiempos.

Por otra parte, estaba el cambio de actitud de Jos rumbo a imitar los pasos de Samuel en el matrimonio con su madre ¿Cómo? Bueno, poco a poco, Canela se fue perdiendo en los asuntos del trabajo, descuidando a Dalary y al ojiazul un poco más día con día hasta llegar a los extremos. Para Alonso, todo era una pesadilla de la que quería despertar con ansias porque… joder, no, eso no podía estar pasando si el psicólogo le prometió tantas veces que él no repetiría la historia de sus padres, que merecía algo mejor. Villalpando tenía presentes las palabras que Mariana le dijo en aquella ocasión en la que le pidió le contará acerca de sus padres: "La relación de Fiorella y Samuel era cómo un cuento de hadas, realmente hermosa y envidiable. Así fue hasta que tu papá empezó a cambiar a tu mamá por horas de trabajo -influido por Minerva, claro- en cuestión de tiempo, tu padre se alejó al grado de ya ni darle una caricia; tu madre luchaba por la relación aunque ya estaba pérdida". Se estaba torturando a sí mismo, pero recordar lo mencionado, le hacía estar consiente de que estaba repitiendo los mismos pasos que alguna vez dio su madre al querer cuidar una relación con alguien que lo estaba dejándo en el olvido: "Me pregunto si al igual que papá, solo te quedarán los celos" se cuestionaba el ojiazul por la noches antes de dormir… y solo, porque el pelinegro se iba a la cama a altas horas de la madrugada, tan ausente cómo un fantasma, sin hablarle y cauteloso de hacer ruido alguno; aunque Villalpando se hundía en su dolor y lágrimas al estar despierto y sentirlo refugiarse en su lado de la cama, las "Buenas noches, príncipe" los "Te amo" mimos, abrazos, besos y noches de hacer el amor, se habían extinguido hacía poco más de un año.
Su matrimonio se había convertido en un infierno, el penthouse pasó a ser casi una copia de la mansión porque si no fuera por Dalary y Bertha, de nuevo se sentiría solo detrás de los muros de un castillo.

Era la mañana del lunes, se encontraba saliendo del elevador de Rose Ville, saludó a todos fingiendo su mejor sonrisa y no, no era hipocresía, era esa rutina a la que se había acostumbrado; aparentar estar bien cuando todo se estaba derrumbando.
Ciertamente, se sentía aliviado en el momento que ingresaba a la oficina y ese día no fue la excepción, dejó sus pertenencias en la mesita que había en el medio de los sillones de la oficina y se dirigió al escritorio, comenzando de una vez por todas con los pendientes de aquel día. Uno de dichos por hacer era revisar la última sesión fotográfica que realizó Alan para el número de aquel mes: agosto. Sí, Navarro había comenzado a trabajar ahí al encontrar una mejor estabilidad y ambiente laboral que en su anterior trabajo y ciertamente, Rose Ville se engrandeció más ante el trabajo del moreno el cual, estaba por cumplir un año en esa familia.
El príncipe tardó lo regular en revisar aquellas fotos y lo regular, cuando se trataba del trabajo de Alan, no era mucho pues siempre entregaba resultados impecables que superaban las expectativas del ojiazul.
A penas terminó, escuchó que alguien ingresó a la oficina y solo había una persona (después de Libby) que podía hacer tal atrevimiento: el nuevo socio de Rose Ville, Lysander Zisis.