castle walls ♕ j. v.

long term promise

Dedicado a Myrainbow_jos

Gorjesi se mantenía con los codos sobre la mesa, con las manos juntas y dedos entrelazados; al mismo tiempo, mantenía la barbilla sobre ellas, observando con detenimiento la expresión que pintaba el rostro de Alonso aquella tarde. No lograba descifrar con exactitud que estaba sintiendo su amigo y eso le frustraba, pues siempre adivinaba a la primera. Tristeza. Nostalgia. Seriedad. ¿Cuál de esas tres opciones era la indicada? La verdad es que era un poco de las tres: Campderich era un cóctel de emociones en ese justo momento.

-¡Me rindo! -protestó con frente arrugada-. Ya dinos que tienes y no salgas con uno de tus "nada, estoy perfecto" sé sincero -pidió, mientras sentía la mirada de Bryan encima; con ella, ya lo estaba regañando.

-De acuerdo, Jay, está bien que quieras saber qué tiene: pero esa no es forma de hablarle.

-¡Ay, Bryan, por Dios! Nunca has tenido tacto con él...

-¡Silencio los dos! -interrumpió el ojiazul entre tanto alzaba las manos-. Cierren la boca; dejen de hablar cómo sí no estuviera presente -miró con molestia al par.

-Ahora sí puedo decir que estás normal -sonrió de oreja a oreja, no durando mucho con tal gesto ante la molesta mirada del príncipe.

-Solo queremos saber qué te pasa; es extraño que no hayas ido al servicio hoy y que nos hayas hecho faltar a nosotros -terció Mouque.

-Además de que estamos haciendo la tarea en el jardín: ¿Desde cuándo eres amante de la naturaleza? -soltó una pequeña pero sonora carcajada.

-Eso no te importa, Jay. Y no me pasa nada.

-¿En serio esperas que me crea eso? Ya no te es tan fácil manipularme; desde la escuela estás así... es por Jos, ¿cierto? -preguntó Bryan en un murmuro.

-Él se fue -centró la vista en la pequeña mesita de cristal en la que estaban-. Se fue al medio día. Tenía que hacer sus prácticas fuera de la ciudad.

-¿O sea qué terminaron antes de empezar? -interrogó Jay sin consideración alguna.

-Ayer se quedó a dormir -les contó en un tono bajo, ignorando la impertinencia de Gorjesi-, hablamos de varias cosas y entre esas hubo una promesa de que no se iba a alejar de mí. Hoy, temprano, antes de irse y de que mi abuela despertará, me prometió algo más:

No se podía mentir, no esperaba verlo ahí después de la ducha y de ponerse el uniforme, sin embargo, el verlo sobre la cama, un tanto despeinado; fue como una cucharada de felicidad para su mañana.

-No he tenido muchas oportunidades de verte en uniforme, pero sinceramente soy fan de cómo te queda -le dedicó una mirada un tanto lasciva.

-Sí... recuerdame prohibirte decir eso enfrente de alguna autoridad: sigo teniendo diecisiete y tú en este mes cumples veintidós -se burló conforme empezaba a peinarse.

-No falta mucho para que seas legal -se encogió de hombros.

-No, nada. Solo como diez meses - ironizó mientras rodaba los ojos; haciéndolo reír.

-Me tengo que ir o si no tu abuela me va a atrapar aquí -le dijo mientras se terminaba de poner los tenis-, pero, antes, me gustaría que pausarás tu rutina mañanera: quiero hablarte de algo -palmeó el espacio a su lado.