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Había pasado un tiempo desde aquella terrible noche en la que no fue capaz de salvarlo; quizá la vida había querido que Alonso tuviese el accidente con el fin de que pagará lo mierda que fue con él durante todo ese último tiempo en el que estuvieron casados y sí, era pasado porque, ahora, ellos no eran un matrimonio. Pero al menos el príncipe seguía vivo y eso era el consuelo más grande para Jos, porque era la pequeña esperanza de que, lo suyo, también podría seguir con vida en algún rincón del ahora oscuro corazón del dueño de Rose Ville.

Después del accidente, algunos hechos se habían mantenido al punto y coma exacto de esa terrible pesadilla que tuvo Canela, como el hecho de que Alonso perdió la memoria temporalmente y que, al recuperarla, él se mantuvo fuera de ello; el príncipe recordó a detalle cada instante de su vida... menos la historia con el psicólogo y sí, ese era el maldito karma de Jos, pues los llevó al divorcio debido a que el príncipe se sentía terriblemente incómodo estando junto a un tipo que decía ser su esposo y el padre de Dalary. Aunque todo aquello, tal vez solo fue una buena lección de vida para el ojimiel: con el paso de los meses, Alonso logró recordarlo, pero no fue para bien ya que solo consiguió transformarse en esa persona tan cerrada al amor que fue durante gran parte de su -no tan larga- existencia, pero ¡Vamos! La vida no podía odiarlo tanto si en ese jodido sueño Villal terminaba con Lysander y en la realidad parecía que solo lo consultaba para asuntos profesionales. La única verdad era que, Alonso, no mostraba tener interés por alguien que no fuese Bertha, Bryan, Jay y, por supuesto, su preciosa hija.

Era la mañana de un ventoso y frío sábado de octubre, había pasado un poco más de un año desde el accidente. Alonso había optado por tomar algunas (breves) vacaciones de Rose Ville por el simple hecho de que se sentía en la necesidad de dedicarle tiempo a su hija y al mismo tiempo, a él. Casi siempre que tomaba un receso, el lugar a elegir era la mansión de México y aquella ocasión, no fue la excepción; si bien, no contaba con que cierto pelinegro iría en su búsqueda porque claramente le había dicho que en esa semana llevaría a la pequeña Dalary al Disneyland de Orlando y para su sorpresa, Villalpando no tardó mucho en acceder, aunque todo indicaba a que, parecía haberlo olvidado o quizá, simplemente era esa satisfacción que sentía al hacer rabiar al ojimiel con sus desplantes casuales de niño mimado.
No estaba de más decir que, no solo el corazón de Alonso se había matizado en tonos oscuros, si no toda su apariencia... sí, otra vez, tal y cómo lo hizo cuando llegó a Manhattan con la intención de empezar a dirigir la revista. Fuera blanco o negro, para la pequeña princesa no importaba, pues su papi Alonso era muy lindo con todo lo que usará y aunque tratará de verse "malo" como ella pensaba, la verdad es que se seguía viendo tan tierno como siempre.

En aquella mañana, Dalary se encontraba gozando de la buena y tranquila etapa que solía ser su infancia, porque pese a todo lo que había sufrido su pequeña familia, la niña se mantenía con una sonrisa en el rostro, sonrisa que era el reflejo de la esperanza de su alma y corazón por volver a ver a sus padres unidos en matrimonio, ¿y qué mejor que ahora que tenía la conciencia suficiente para recordarlo? Pues cuando aquella particular ex pareja se casó, la pequeña a penas iba por su primer año de vida. Mientras que la princesa se mantenía nadando en colores, Bertha, yacía con Alonso, en la habitación del mismo y estaba más que claro que el ojiazul no contaba ni con una pizca de la luz que desbordaba su pequeña hija.

-Yo sé por lo que está pasando y sé que la ausencia del joven Jos, es muy difícil para usted -la nana había tratado de sacarle la conversación que, estaba segura, el príncipe necesitaba. Era el mejor momento si lo notaba más tranquilo de lo que había estado en ese último tiempo-. Él te quisó y te quiere mucho -agregó.

-¿Me quiere? -ironizó, girando a ver a la mujer, quien permanecía sentada en su cama mientras que él lo estaba en un blando sofá- Se convirtió en todo lo que me prometió nunca llegar a ser; es horrible lo que me hizo -explicó más que indignado.

castle walls ♕ j. v.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora