Hoshi balbuceo sobre la oreja de Woozi, se había quedado dormido y de alguna manera estaba sobre su pequeño cuerpo aplastándolo, era peligroso dormir juntos porque Hoshi sentía que podría matarlo sin querer. Abrió los ojos encontrándose con el cabello rubio, ahora estaban ambos boca abajo, Hoshi arriba de su compañero como ya estaba dicho. Se incorporó notando que Woozi ni siquiera notó el cambio, solo se movió un poco aun dormido. Cuando se giro a mirar la mesa esta estaba ya con los cuencos sobre ella, ya no le sorprendía que las cosas fueran así, el secuestrador entraba cuando estaba dormido y se iba antes de que despertara, por eso no durmió toda una noche intentándolo, pero fue inútil y cuando intentaba hacerse el dormido terminaba durmiéndose de verdad. Cuando le preguntó a Woozi sobre esto la respuesta fue bastante obvia; roncar lo delataba.
Se levantó de la cama y caminó hasta la mesa sentándose en la silla, esperaría a que Woozi se despertara o lo haría él mismo cuando tuviera hambre. Sus ojos se volvieron a centrar en el tercer cuenco, aquel que nadie tocaba pero seguía ahí cada comida que daban, era uno de los misterios que Woozi no respondería. No se atrevió a tocar el 1004, le intimidaba lo que pudiera pasar, porque despues de todo estaba siendo la víctima y no una persona en cualquier otra situación, asi que respiro hondo y lo dejo pasar.
Escuchó como Woozi soltó un quejido, siempre lo hacía cuando estaba a punto de despertarse, era una señal de que se levantaría de la cama. Así fue y el rubio comenzó a caminar de manera lenta arrastrando los pies descalzos hasta la mesa, se dejó caer y restregó su rostro con sus manos. Los pequeños ojos de Woozi se clavaron en el cuenco 1004.
—¿De quién es?— preguntó guardando un poco de esperanza, Woozi guardó silencio por largo rato.
—De... él nunca se acostumbró a su nombre, siempre repetía el suyo cuando lo llamaban así, él se rindió y su nombre verdadero se quedó, pero no en el cuenco— Woozi sonrió, era melancólico, una triste sonrisa que le decía a Hoshi que ese dia Woozi estaba sentimental, porque estaba revelando mucha información. —Es de un amigo, solo eso.
—¿Qué le ocurrió?— preguntó dudoso de recibir una respuesta, Woozi suspiró y aparto la mirada. —¿escapo?
—¿podemos pedirle el helado de una vez?
Bien, no debía preguntar.

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Dog collar [Seventeen]
Fiksi PenggemarHoshi debe aprender a vivir recluido contando solo con la compañía de Woozi y su extraño secuestrador. Por otra parte, una investigación se abre cuando un joven chino es encontrado en un bosque de Corea, es un caso extraño y aunque a Mingyu no le g...