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—¿realmente esperas que te crea?— Preguntó Jun ya cansado de las palabras de Seungcheol. —¿de que película has sacado la historia? Yo la vería.

—¡Es la verdad!— Seungcheol elevó la voz, golpeando la mesa al intentar levantarse, pero no tuvo efecto en Jun. —No he mentido en nada... solo quiero que todo esto termine.

Jun no podría juzgar el rostro de Choi, no sabia si él gozaba de ser un buen actor o si solo habia enloquecido. Los ojos de Choi no mostraban más que desesperación, desesperación de verse acorralado, de saber que era su fin. Jun asi lo pensó, asi interpretó cada ademan de Choi Seungcheol, su secuestrador.

A decir verdad él no creía en las palabras del interrogado ¿Qué clase de persona se tragaría el drama mal estructurado de un triangulo amoroso? Nadie, las palabras de Choi eran un vago intento de liberarse, pero no tenían sentido.

—Linda historia— Suspiró Jun. —Entonces... Jeonghan, nuestro chico solo y abandonado resulta ser aquella persona que jugó con los sentimientos de dos pobres individuos. Los engaño a ambos por mucho tiempo, pero al final consiguió ser engañado por alguien más que no saben ni siquiera quien es.

Seungcheol asintió aun sabiendo que Jun bromeaba, su pecho subia y bajaba con dificultad por la acalorada habitación, o quizás porque en su mente maquilaba más historias absurdas para contarle a Jun. Jun no le creería ni una sola palabra.

—Jeonghan no era una mala persona.— Murmuró Seungcheol. —Solo era muy bueno para mentir.

Los ojos de Choi se cerraron frente a Jun, y en un intento por dar lastima y credibilidad los cubrió con su mano derecha y limpió las supuestas lagrimas que salían de ahí, de una forma tan lastimera que a Jun le hizo torcer los labios. Seungcheol aspiró profundo soltando el aire con un cierto temblor de garganta.

—No me mientas.— Dijo Jun, casi con asco. —¿sabes? Creo que puedo formar algo con las piezas que me has dado, desechando las inútiles, claro.

—¿Qué?— Seungcheol elevó el rostro confuso.

—La primera víctima fue fácil ¿no es así? El tal Yoon Jeonghan, ese chico indefenso sin familia, para ustedes fue simple hacerlo desaparecer y comportarse como las típicas personas que han perdido algo preciado. La segunda víctima debió de ser Lee Jihoon, otro chico que no levantaría sospechas, ya que vieron lo fácil que fue el primero y el segundo se animaron a un tercero, pero este último consiguió escapar.

Por un momento juró ver la sonrisa de Choi asomarse por la comisura de sus labios. Las manos del individuo temblaban sobre la mesa, sus ojos llorosos y nariz roja jamás convencerían a Jun de que había una persona inocente frente a él. Estaba convencido de que era él, pero debía averiguar en qué lugar estaban los secuestrados.

—¿Acaso sabes algo de Jeonghan?— Preguntó Seungcheol, con voz lúgubre. —él murió. Hace tiempo, y la última vez que pude estar con él...

Choi volvió a quebrarse falsamente. No lloraba, desviaba la mirada y la encajaba en una de las esquinas de la habitación, él solo se hundía en un silencio y esperaba. Decidió dejarlo hasta ahí.

"escucha el último mensaje"


Ya no hay más secretos que revelar... ¿o si? :')

Dog collar. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora