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Dk dio un pequeño golpe a la bola de papel sobre su escritorio, él ya intuía que Mingyu no llegaría, ya intuía que era el fin de su camino, Seungkwan le había avisado hace poco, le había dejado claro que ocurría algo demasiado extraño fuera del local. Sonrió sabiendo que era el final.

—¿sabes?— Preguntó. —Lo que yo hacia no era tan malo, les daba un hogar, una nueva vida, un paraíso, les daba todo con tal de que fueran felices, porque ellos no lo eran. Esto era un mutuo acuerdo a la larga, yo siempre contaba con su compañía y ellos siempre con la mía, yo los cuidaba y ellos cuidaban de mí, yo los protegía del mundo que tanto daño les había hecho. Me sacrificaba por ellos, aveces... aveces yo solo quería irme lejos y nunca volver, separarme por fin de este lugar, pero no podía, yo debía regresar a mi hogar, donde me querían. Yo los amaba, y estoy seguro que también era amado, pero ¿Por qué todas las personas que me aman se tienen que ir? El mundo parece repeler mi felicidad, al parecer yo no naci para vivir, yo no llegue al mundo para esto, quizás por eso tuve la oportunidad de salvar a otros, por un corto tiempo... aunque no fui lo suficientemente valiente, yo debi acabar con todo, pero... quería compañía durante mi estadía en el mundo, no quería estar solo.

Sonrió poniéndose de pie y sentándose en el sillón que usaba para sus consultas, relajando sus músculos y mirando al techo, la habitación oscura mientras que poca luz anaranjada se colaba entre las persianas.

—Perdon a The8, creo que no podremos vernos desde ahora... perdón a Woozi, perdón a Hoshi, que me perdone Jeonghan.— La voz de Seokmin se quebró, dejando que algunas lágrimas cayeran a lo largo de sus mejillas. — Yo... estuve mal, lo se, estuve jodidamente mal ¡¿Cómo entregar felicidad si nadie me enseñó como entregarla?! ¡¿Por qué no pudo quedarse un poco más?! ¡¿Por qué no simplemente acabaste conmigo?!— Gritó poniéndose en pie y recargándose sobre el escritorio, jadeando mientras limpiaba su rostro. —Si no ibas a quererme... esto es tu culpa, si me hubieras querido...Yo... mamá... Perdón por ser tan raro, perdón por no encajar, perdóname por todo lo que hice, mamá ¿podrías quererme? Por favor...

Terminó el mensaje de voz, enviándoselo a ella, a quien siempre buscaba y encontraba, a la única mujer a quien le rogaba.

Escuchó un pequeño alboroto afuera, sabiendo que los policías ya debían de estar rodeándolo, miró al techo y trató de calmarse.

—Jeonghan... por favor, si merezco seguir viviendo... házmelo saber.

Tal vez fue su mente inestable, pero cuando las persianas se tambalearon un poco tomó esa respuesta. Lo observó solo por unos segundos antes de ponerse en marcha, sin saber si lograría o no salir de aquella situación, sin saber bien que ocurriría con él en un futuro, pero lo intentaría, intentaría permanecer en aquel mundo por el tiempo que fuera posible. 

Dog collar [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora