Dog collar [Seventeen]

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"Me llamabas... ¿jeonghan?"

Unos cuantos minutos era lo que tenía, solo un par de segundos, una huida rápida para no alargar el tiempo. Como cerrar los ojos y volverlos a abrir, un largo parpadeo, tortuoso como el mismo.

Seokmin siempre frágil, delicado, poco amado, con miedo al mundo. Tan puro como el que no odia. Poco amado, abandonado, perdido. Seokmin tal vez no era para este mundo, tal vez él llegó por error, el no debió nacer, o quizás no debió extender su estadía, tal vez era un simple entrada por salida. Todo esto ya no importaba.

Si el intentaba escapar de nuevo su frágil alma no encontraría el consuelo de jeonghan, estaría tan perdido y alejado de él que le sería imposible. Así que ¿para qué alargar lo inevitable?

Frente a la tumba de jeonghan, aquella improvisada con flores que él mismo buscó, se acurruco y esperó. Esperó hasta escuchar su tonada, su melodía, su canción, esperó a que Jeonghan llegara por él.

El amor más grande de Seokmin fue su abuela, el amor más grande de Dk fue jeonghan. Y él amo hasta el último segundo de estas personas, ninguna se fue desamada.

Cerró los ojos aunque él ya los había cerrado momentos antes, y se dejó consumir por las rosas que crecieron alrededor de Jeonghan. Y finalmente, Seokmin fue con él.

Se terminó. Aquel que enjaulaba cortando alas lastimadas, voló lejos, de vuelta con quienes más amaba.

Había muerto.

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¿Dónde podría estar Lee Seokmin? ¿A dónde habrá huido si no habia lugar en el mundo para él? Wonwoo no dejaba de preguntárselo, cada segundo pasando y su corazón no dejaba de latir mientras que manejaba a toda prisa.

El bosque, pensó, en ese lugar que habia sido el escondite de aquella persona, el pequeño infierno seguramente para los devastados que pensaban que era su pareiso, seguramente ahí debia estar Lee Seokmin. Asi que, aun sabiendo que la zona estaba cubierta por montones de policías, se atrevio a probar suerte ahí, mandando a otros a mantener vigilados los aeropuertos o carreteras por las que pudiera escapar.

Al llegar habia más gente de lo que se necesitaba, algunos policías no sabiendo ni por donde ir para prohibir paso y otros tratando de encontrarle forma a todo el asunto. Ignoró las voces y se alejó de ellas, buscando inútilmente con la mirada alguna señal que le dijera hacia dónde ir. Entonces recordó a Jun.

Sus ojos bailaron entre los árboles, mientras que el ruido se alejaba. Entonces lo vio, algo pequeño y blanco sobre el suelo escondido entre las hojas. Tal vez una pastilla, un medicamento.

Su celular sonó.

—¿Qué?— Respondió.

—Hola, amor.— Sintió cierto alivio en su pecho que se extendió con rapidez, llenándolo de una cálida sensación, al igual que una turba de sentimientos de los que no quería ni pensar. —Te guiare, solo confía en mi.

Suspiró, mirando al cielo oculto entre los árboles. Cerró los ojos por varios segundos dejando que su cuerpo fuera invadido por mil y un preguntas y una gran gama de colores, todos confusos y contradictorios. De nuevo tenia miedo de confiar en él, tenia miedo de dejarse llevar nuevamente por aquella persona que lo hacia perderse. Pero lo aceptó. Asintió.

Pero esta vez era diferente, se dejaría guiar, pero nunca lo volverían a manipular, lo habia decidido. Respiró hondo.

—Confiare en ti, pero no me darás algo que yo no esté buscando...— Dijo, quizás con doble intención. —Dime donde está Lee Seokmin.