Almohadas por el suelo y las camas amontonadas en una esquina como si fueran una barrera, la mirada de Hoshi posada sobre la de Woozi con recelo. El único sonido que se producía era el del reloj en la pared protegido por la reja. Una pared de libros formada alrededor de su rubio compañero y los cuencos llenos de comida en el centro separándolos. Una alarma se escuchó y Woozi lo arruinó echándose a reir y solo caminando hasta el cuenco ignorando las quejas de Hoshi.
Tenía la intención de ser un juego, una guerra infantil para entretener a los tres y hacer que el tiempo pasase rápido, pero despues de dos rondas donde libros fueron lanzados junto con almohadas Woozi resintió lo infantil de su comportamiento y optó por solo rendirse sin poder callar su risa. Hoshi salió de su fuerte gateando y se sentó a un lado de su compañero para poder comer en tranquilidad.
—Gane.— Anunció Hoshi con orgullo alzando una mano ante la cámara en el techo. —Gane yo.
—No es verdad, termine el juego.
—Por eso gane. — Canturreó ignorando el suave golpe que recibió a sus costados.
Ni resistencia, ni depresión, ni intentos de escape, Hoshi había terminado, se dedicaría a vivir con tranquilidad si no podía salir y viviría cómodamente, haciendo de aquel lugar su hogar y disfrutando todo lo bueno dentro de lo malo. Su secuestrador se notaba contento y eso podían saberlo con facilidad porque les respondía por medio de las cámaras y la radio involucrándose entre ellos. Comida, techo ¿Qué más podía pedir? Su compañero incluso sonreía y se notaba feliz y con más energías, el ambiente había cambiado y la pequeña habitación se adornaba con toques navideños, no debía quejarse cuando la comida era por lejos lo mejor y los postres abundaban cuando el ánimo estaba por los cielos.
Una sonrisa sincera, que se hacían recurrentes, apareció en su rostro cuando escuchó los villancicos en la radio, aquellos que Woozi no soportaba y solo aparecían para molestarlo. Desde que él y su secuestrador se unieron contra el menor todo se volvía divertido, entre ver sus reacciones y huir de él conseguían sacarlo de la cama todos los días. Sin duda estaba aprendiendo a ser feliz.

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Dog collar [Seventeen]
Fiksi PenggemarHoshi debe aprender a vivir recluido contando solo con la compañía de Woozi y su extraño secuestrador. Por otra parte, una investigación se abre cuando un joven chino es encontrado en un bosque de Corea, es un caso extraño y aunque a Mingyu no le g...