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Dk examinó con cuidado a Woozi, su cuerpo sudando pero a la vez tiritaba. Hoshi se sentía culpable de no haberlo cuidado, de no saber como cuidarlo, aunque Dk le repitió mil veces que no lo hiciera. Un simple resfriado, eso le había dicho, pero este resfriado estaba haciendo sufrir al rubio, a tal punto de no poder descansar por lo que sea que estuviera sintiendo ¿Qué debería hacer? Solo se quedó mirando como Dk se encargaba de ello como si no fuera nada del otro mundo, porque no lo era, las personas se enferman de vez en cuando.

—Solo tiene que descansar. — murmuró Dk sentándose a su lado. Hoshi asintió con un largo suspiro. —Hoshi... Tu y Woozi realmente se llevan bien...

—Vivimos juntos, tenemos que hacerlo. — respondió con una gran sonrisa para aliviar un poco el tenso ambiente. —No es como si pudiera dejar de verlo.

—Si ustedes se separaran... ¿volverías a ser feliz? Aunque puedan regresar a... antes. Si ustedes algún dia se van de aquí y me dejan... ¿serian felices?

El silencio se extendió por varios segundos.

Él no tenia respuesta en ese momento, incluso si se recostara y la pensara no obtendría nada con facilidad, tendría que dejar pasar el tiempo, tendría que hablarlo con Woozi. Ser feliz no es fácil, no para Hoshi que ahora entiende de forma distinta la felicidad. Antes, para él, ser feliz trataba de su propia independencia, de ser libre, pero ahora no es asi, no es independiente ni libre, pero es feliz, entonces, frente a Dk no encuentra respuesta valida.

Es feliz ahora, pero si todo vuelve a cambiar... podría intentarlo, con todas sus fuerzas convenciéndose de que la felicidad es la misma para todos. Tal vez leería libros o iria con psicólogos para que le dijeran como ser feliz, como comportarse ante lo malo que ellos dicen que es malo, o reaccionar ante lo que ellos dicen que es bueno. Ser como todos dicen que debería de ser.

Se encogió en hombros.

—Yo pensaba que era feliz porque contaba con todas las cualidades para ser feliz, ahora... no se que pensar. Quizas estar afuera no significa ser feliz.

—Ya veo— murmuró Dk —¿puedo pedirte un favor?


Seungkwan abrazó a Vernon de inmediato, era la primera vez en mucho tiempo que los tres estaban en el pequeño apartamento al mismo tiempo. Chan suspiró, porque él era quien abrazaba a Seungkwan antes de que Vernon llegara. Se sentaron en el sillón esperando en medio de quejas y palabras que se distorsionaban al estar hablando los tres al mismo tiempo, formaban un pequeño escandalo que ellos mismos intentaban callar sin dar frutos.

—Calla Chan— murmuró Seungkwan. —haces demasiado ruido.

—¡Vernon es el que acaba de llegar y alterar todo!

—Seungkwan me saltó encima... no es mi culpa.

La pequeña pelea se reanudó con rapidez, elevando las voces y bajándolas cuando se daban cuanta de que lo hacían.

Seokmin los había citado, les había dicho que era urgente y que llegaran lo más pronto posible y eso hicieron. El primero en llegar fue Seungkwan, porque en realidad él ya estaba ahí, el segundo fue Chan quien tan pronto abrió la puerta mostró una preocupación exagerada para tener una excusa y abrazar al mayor de los tres.

—Guarden silencio. — Regañó el menor. —Si Seokmin nos quería a los tres aquí es por algo, no hagan tanto escandalo.

—¡tu eres el que empezó a gritar!

—Seungkwan...shh...

Los tres callaron al escuchar la puerta abrirse, avisándoles que Seokmin había llegado. Giraron al unisonó encontrándose con el mayor, lo siguieron con la mirada hasta que tomó asiento y esperaron con paciencia lo que tenia que decir.

Dog collar. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora