Dog collar [Seventeen]

XXVIII

Hoshi no podía dejar de preocuparse por Woozi, sentía que se le desgarraría la garganta y en algún momento tosería sangre, aunque Woozi no admitiera que era al menos algo que tomarse en cuenta, Hoshi incluso pensó en pedirle a su amable secuestrador que llevara a su rubio amigo a algún hospital, pero claro, fue detenido por su compañero diciendo que no era necesario... y si, tal vez no lo fuera pero sería una buena oportunidad para escapar, cualquier cosa era hacer un buen intento.

—Estoy bien— Repitió Woozi cuando Hoshi lo abrazo con fuerza intentando darle algo de calor... o amor, los dos eran buenos. —Pero si me dejaras leer en paz estaría mejor.

—necesitas entrar en calor.

—Entonces solo debo ponerme más ropa o recostarme en la cama.

Hoshi negó.

—Calor humano ¿Cuándo fue la última vez que te abrazaron?

Woozi elevó sus hombros. Hoshi sonrió y beso su mejilla con cariño, porque Hoshi siempre había sido cariñoso, aunque la verdad nunca tuvo a quien repartirle amor. Se aferró al rubio con fuerza, él era quien necesitaba algo de afecto, algo de comprensión que le ayudara a sobrellevar todo ese infierno, que lo hiciera olvidar su cautiverio o al menos lo distrajera.

Si, Hoshi quería amor, quería amor para distraerse, quería amor de consuelo y quería amor para amar, pero quizás quería el amor de Woozi. Y no es que el rubio se le hiciera especialmente atractivo o tuviera rasgos que a él le gustarían, Woozi era lindo, pero hasta ahí, nada del otro mundo o que una chica no pudiera superar. Se volvía loco, necesitaba salir rápido.

—Te invito a una cena.— Murmuró casi dormido. Woozi se burló casi de inmediato.

—Si, en un lujoso restaurante en el centro de la ciudad, no olvides invitar a nuestro secuestrador, necesita llevarnos con correas.

—Enserio, tendremos una buena cena, solo duérmete todo el día.— Hoshi se levantó empujando consigo el cuerpo del rubio, lo llevó hasta la cama y no tuvo que hacer ni el más mínimo esfuerzo por recostarlo, Woozi lo hizo solo cubriéndose con las sabanas. —Solo duerme y te despertare cuando todo esté listo ¿está bien?

No hubo respuesta alguna, o al menos ninguna se escuchó en la pequeña habitación, Hoshi solo sonrió y se encomendó a hacer lo que tanto decía. Quizás levantarle el ánimo a Woozi sería perfecto para que se animara a escapar.