Dog collar. [Seventeen]

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Cansado y molesto, de esa manera Mingyu se hundía sobre la mesa de la cafetería, su cabeza no soportaba el estrés que en esos últimos días lo azotaban con fuerza. No solo había perdido tiempo, también perdió a la víctima en medio de todo un caos ¿Cómo podría saberlo? Debió de haberlo intuido, debió de tomar medidas drásticas en vez de solo dejar a un pobre policía encargado de lo más importante. Ahora, seguramente, el secuestrador estaría burlándose de su incompetencia y Minghao regresaría a aquel infierno en el que vivió, no sacaría información de nada y tendría que renunciar si la vergüenza seguía consumiéndolo.

Le propusieron varias veces dejar el caso, darle la oportunidad a la policía china y libre albedrio en sus instalaciones, le propusieron un par de vacaciones, pero la verdad es que querían sacarlo del camino debido a sus errores, pero aun no pensaban despedirlo porque Mingyu realmente era bueno en lo que hacía. Haber perdido a la víctima fue la gota que derramo el vaso, ahora alguien más investigaba el incidente del hospital y él debía de conformarse con la información que poseía acerca del caso, debía de soportar a JunHui en total silencio porque el agente chino dejó de hablar y comenzó a portar una actitud mucho más seria. Y Wonwoo, necesitaba a Wonwoo, pero él estaba más entretenido entre los brazos de alguien más.

¿Cuánto tardaría en colapsar? Se preguntó mil veces si su cuerpo soportaría toda la carga, despues de pasar dos noches en vela comenzaba a sentir las consecuencias. No tenía energías ni siquiera para dormir, y ya había pasado una semana despues de haber perdido a Minghao.

¿Cuánto tiempo más? Necesitaba tanto a Wonwoo.

El sutil golpe sobre la mesa le hizo reaccionar, elevó la mirada y recorrió el brazo que dejaba frente a él un vaso de café, un hombre con una sonrisa amable le saludo como si se conocieran, pero Mingyu no tenía fuerzas ni ánimos para rechazar.

—Perdona la molestia.— Habló el desconocido tan amable como tranquilo. —Quizás estés pasando un mal momento, puedo ayudar...— Y le fue entregada una tarjeta de presentación. —Soy Lee Seokmin

Dejó de prestarle atención al rostro del hombre para concentrarse en la tarjeta.

—¿un consejero personal?

Llevaba días con el estrés sobre él, días lamentándose en ese local, y apenas veía a Lee Seokmin. No le haría mal un poco de ayuda.