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Se sentó frente a la puerta recargando su adolorida espalda ahí. Las horas de trabajo le estaban matado, su investigación por fin había avanzado pero eso solo significaba trabajar más duro. Con Hong Jisoo y Choi Seungcheol encarcelados se sentía un poco más seguro, solo tenía que interrogarlos y mantenerlos separados, pero antes necesitaba hacer algo. Cantó una melodía en chino, solo para él.

—Vete.

¿Cómo un chico tan frágil podía soltar aquellas palabras tan graves? No se fue, siguió ahí, esperando conectar.

—Minghao...— Le llamó con suavidad. — ¿o prefieres que te llame The8? Respetare eso.

—Solo no me llames.

—Entonces no te llamare.— Suspiró. Minghao estaba tan dañado que desconfiaba, Jun lo entendía. —No conozco mucho de Seul, siempre he estado de un lado a otro pero realmente no he visto mucho, mi coreano no es del todo bueno aun.— Pero despues de sus frases solo hubo más silencio. —Vine desde china para protegerte, para cuidarte de cualquiera que te quisiera hacer daño. Y logre encontrar a dos personas que te lastimaron.

—¿Quiénes?— Voz un poco desesperada, como si no quisiera aquello.

—Hong Jisoo y Choi Seungcheol.

Y de nuevo, silencio.

—Oh... ellos. Choi Seungcheol... el hombre de largas pestañas, él me golpeo.— Quizas Minghao se perdió un poco en sus recuerdos, pero su voz tranquila parecía no dirigirse a Jun. —Entonces Hong Jisoo... fue quien lloró. Yo no sabía de qué hablaban...

—Tal vez de Yoon Jeonghan.

—Yo no conozco a ningún Yoon Jeonghan. Cuando desperté en el hospital ellos no dejaban de preguntar cosas, ellos...

—Ellos...

—Lo coreanos son una mierda.

—Yo soy chino.

—Las personas son una mierda.

Por un segundo, Jun intuyó que Hong Jisoo y Choi Seungcheol no eran los secuestradores tal y como lo pensó.

Dog collar. [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora