Ella miraba fijamente por la ventana escuchando con atención lo que aquella chica le decía y podía sentir su ira construyéndose con cada palabra que salía de la boca de la persona detrás de ella. Entonces apretó aquel vaso de vidrio con fuerza cuando la mujer termino de hablar, algunos cristales incrustándose en su piel y algunas gotas de sangre golpeando el piso mientras caían.
— ¿Dónde esta? — Helga paso saliva por su garganta al escuchar la voz de Camila.
Estaba cargada de odio y enojo, tanto que la hicieron dudar de si había sido buena idea haberle dicho de la situación.
— No sabemos — Susurro. No quería verla molesta, tuvo la mala suerte de verla de esa forma hace un tiempo y no fue lo mejor.
Camila asintió y salió de aquella habitación y camino hacia donde entrenaban y estaban los demás de su especie.
No tuvo que hacer ningún sonido cuando todos notaron su presencia en el lugar y se quedaron callados esperando a que su ama hablara.
— Quiero que barran cada continente de punta a punta, no quiero un solo país dejado atrás ni un solo callejón. Su objetivo es Lorcan Grigorov, mi esposo — Todos asintieron y nadie opino.
— No creo que sea buena idea buscar a alguien tan astuto y peligroso — Aquel hombre al parecer era nuevo y no conocía a la Vampiro frente a el.
No pudo abrir la boca nuevamente cuando parecía que la mujer de ojos miel no se había movido de su lugar pero sus manos decían lo contrario. Estaban llenas de sangre y en su izquierda estaba la quijada del hombre mientras en su derecha el resto de la cabeza y el cuerpo inerte de aquel vampiro tirado en el suelo.
— ¿Alguien más que crea que no sea buena idea buscar a quien les digo? — Su voz salía seria, potente y fría como sus facciones y ojos — Lorcan es su nuevo enemigo, quiero a cada uno de ustedes trabajando para encontrarlo. Corran la voz, lo quiero vivo sin un rasguño. Búsquenlo — Dijo entre dientes — Tráiganme ¡A LORCAN! — Y con aquel rugido cada una de aquellas personas comenzaron a trabajar en lo pedido.
Helga la miro con algo de miedo, mientras Camila dejaba caer aquella cabeza partida por mitad en un bote de metal para que se quemara.
— No se como lo harás — Dijo sin mirarla mientras limpiaba sus manos — Pero quiero que Joanne este con Lauren para hablar y quiero que sea ya — La otra mujer asintió.
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Mikael miraba el cuerpo inconsciente de la pelinegra y como Alessandra tenia la mirada perdida a la nada, aquello de Joanne le había chocado. Dejo de mirar a las chicas cuando escucho una puerta abrirse.
— Todos están bien — Susurro Olivia.
El licántropo asintió y volvió su mirada a las chicas. Se habían mudado al segundo refugio y daba gracias que seguía intacto después de tanto tiempo y el estaba de pie con sus brazos cruzados y el enojo creciendo cada vez que veía el estado de dos de sus chicas. Entonces supo que debía cobrárselas.
— ¿Dónde vas? — Cuestiono la chica de ojos chocolate.
— Cuídalas, a ambas. Lauren estará alterada cuando despierte y Alessandra — Miro a la rubia la cual no había movido un solo músculo — No esta en condiciones para nada ahora mismo. Volveré lo más pronto posible — La licántropo asintió y el desapareció.
Sabia perfectamente donde se encontraría aquel ojiazul, conoce cada hoyo de aquel infierno donde vivía, no había nadie que conociera aquellos sitios como el y si aquel vampiro se atrevió a tocar a las únicas personas que le importa, el lo mataría.
