— ¡Es una terca, mal educada, desconsiderada y estúpida!, ¡AHH! — Con cada palabra tiraba algo nuevo hacia la pared mientras su hermana la miraba con una sonrisa tratando de aguantar la risa.
— Creo que necesitas calmarte — Camila la fulmino con la mirada.
— Estoy perfectamente calmada — Dijo entre dientes — No puedo creer que haya rechazado mi oferta... Estúpida — Susurro lo último.
— ¿Nunca antes te han dicho que no, hermanita? — El tono de voz de Helga era burlón y travieso.
— No, nunca. Pero eso no viene al tema, es una estúpida por pensar que puede conmigo, tengo más de cinco milenios viva Helga — Fue interrumpida.
— En realidad estas muerta — Camila le saco su dedo medio.
— Lo que sea, el punto es que tengo cinco ¡Cinco!, no uno, no dos o tres. ¡CINCO! y me ha dicho que no. No quiero hacerle daño pero como se esta portando no me la deja en bandeja. Trato de ser considerada, le explico las razones, le digo que es lo mejor — Todo aquello lo decía andando por la habitación mientras movía las manos y de vez en cuando miraba al suelo — Le pido un trato y hablar como personas civilizadas — Helga tapaba su boca tratando de asfixiar la risa — Pero es una estúpida, bruta, animal, idiota y terca de mierda — Conocía a su hermana mejor que nadie, conocía a la verdadera Camila y sabia que le gustaba.
— Vaya... — Dijo no tan sorprendida — No sabia que te gustaba tanto — Camila la volvió a fulminar con la mirada — Mira, hasta te tiene roja de la rabia y hablando rápido. Eso es amor hermana.
— Cállate — Dijo con sus dientes apretados.
— A ver, Mila. Primero tranquilízate, bébete una copa de sangre o agua, no se. Lo que beban ustedes — Camila rodó los ojos sentándose en el mueble — Segundo, no la trataste con todo el amor del mundo que digamos — La castaña en el mueble tenia su mano sobando levemente su frente como si tuviera un dolor de cabeza — Fuiste muy fría, cierto que no te sentías atraída ni siquiera por una roca en muchos muchos años pero al parecer no tener contacto con personas que no estén muertas te ha vuelto más fría de lo normal, tercero si no quieres hacerle daño, que se que no quieres, no le hagas daño. Síguele la corriente y ya veremos que se te ocurre el día del juicio porque eres la mente de esto.
Camila comenzó a patalear como si fuera una niña de cinco años que le negaban lo que quería mientras su hermana reía leve.
— La odio — Dijo con sus brazos cruzados debajo de su pecho y un puchero en los labios.
Helga soltó una carcajada y la abrazo sobando su cabellera.
— Lo se, muertita. Se que te gusta mucho — Dijo acariciando su cabello.
— Estúpida — Le susurro a su hermana al escuchar como la había llamado.
- ø - ø -
— Estamos jodidas — Joanne se dejo caer en el sillón del mueble mientras decía aquello.
Alessandra se sentó al lado de ella subiendo sus piernas en el regazo de la bruja mientras reía al escucharla y veía como ponía sus manos encima de sus pies y se entretenía dandole un leve masaje.
— ¿Porque lo dices? — Pregunto la ojiverde.
— ¿Perdón? — La bruja la miro como si tuviera dos cabezas — ¿Segura que eres un ser sobrenatural o no escuchaste lo que dijo tu novia?— Lauren la fulmino con la mirada.
— No es mi novia —Dijo entre dientes.
— Cállate, Lauren. Deja de hablar disparates y cosas que no valen la pena discutir cuando sabes que tu vas a perder este argumento de ''Camila no es mi novia'' —La voz de la bruja salió exactamente como a la de la ojiverde — Mejor enfoquémonos que casi muero y he vuelto a la vida pero moriré de nuevo por lo que a dicho Camila — Soltó un suspiro.
