C : IV

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Valaquia, 1457

Estaba lloviendo aquella noche, bueno la mayor parte del tiempo llovía en las noches en aquel lugar, el día era hermoso y algo cálido pero las noches, las noches eran frías y demasiado oscuras  eran solitarias e incluso algo triste pero eso a ella no le importaba.

Aquellas noches eran sus noches o mejor dicho todas las noches le pertenecían, no importaba el lugar. En aquel año se encontraba viviendo en el famoso Rumania, gobernada por un gran rey y el supuesto monstruo despiadado bebedor de sangre.

Sus ojos mieles brillaron junto con aquella sonrisa ladeada al mirar al frente y hacia arriba, cuerpos empalados se encontraban en la entrada, aquella entrada que hacia que muchos intrusos se desviaran de su destino. El vaho de su boca volvió a salir cuando suspiro, al parecer haberle enseñado aquel tipo de tortura a su gran amigo le había dado frutos.

Pero toda atención fue desviada al escuchar los pasos y conversaciones de las personas a su alrededor. Le gustaba vivir allí, no se cuestionaba cuando las personas desaparecían aunque hubiera mitos y un montón de leyendas sobre una amplia lista de diferentes seres sobrenaturales, los cuales existían todos pero nadie se atrevía hacerlo donde ella estaba.

Sus ojos se fijaron aquel joven que se desviaba a un callejón todas las noches para llegar más rápido a casa y no dudo en ponerse de pie, pagando su bebida para comenzar a caminar en dirección a la calle. Cerró sus ojos para concentrarse en el palpitar de su corazón.

Lup-dub, lup-dub, lup-dub, lup-dub.

Y bajo aquella capa que tapaba la mayor parte de su cara dejando solo aquellos labios rojos y brillantes a la vista, en ellos se formo una sonrisa, su dentadura blanca y perfecta con los pequeños y preciosos colmillos sobresalientes, para luego desaparecer.

Pudo sentir el aire más frío de lo normal temblando en el proceso, maldiciendo por lo abajo al decidir caminar hacia casa mientras llovía y no haber esperado a que cesara la lluvia pero estaba desesperado por llegar, no era una opción devolverse pues estaba solo diez minutos de casa. Miro a su lado al sentir un aire repentino.

¿Hola?Miro a su izquierda al escuchar como algo sonaba ¿Hay alguien?Miro hacia atrás al escuchar pasos pero frunció su ceño al no encontrar a nadie.

Aquí. Susurro una voz suave en su oído, llevo su mano hacia allí y miro de donde provenía encontrándose solo con la oscuridad que abrazaba aquella parte del callejón pero dio un paso atrás al ver ojos rojos y brillantes seguidos de una sonrisa. La mujer salió de aquel escondite dandole algo de tranquilidad al joven, pensando que tal vez eran cosas de su mente.

Hola Dijo con una sonrisa al ver a la hermosa mujer unos cuantos años mayor que el¿Se encuentra bien?Su voz salió con un leve tono de preocupación, pues no era bueno que aquella dama andará por esas calles a esas horas¿Esta perdida?, no es bueno que ande por aquí a estas horas puede ser peligroso, puede pasarle algo y menos con este clima puede pescar un resfriado. ¿Necesita algo más con que cubrirse?, puedo prestarle el mío, esta algo mojado pero la cubriráEl chico comenzó a quitarse aquella capa que le cubría para dársela.

Y en aquel momento una pizca de remordimiento paso por su mente pero solo una pizca así que sin importarle que tan amable era con ella se le acerco con una sonrisa.

No, muchas gracias por tu ayuda. No estoy perdida pero estoy hambrientaEl chico dudo mientras se ponía nuevamente su capa y la miro.

World Of Monsters || CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora