— Por favor. Acércate — Y mi cuerpo no se movió, no cuando escuche aquella voz tan madura y agradable.
No quería moverme, quería escucharla de nuevo.
— Por favor, ven. Que mi desnudez no te cohiba. Después de todo, tenemos lo mismo — Trague pesado al verla levantarse y mirarme con esa misma sonrisa. Suave y hermosa. Agarro una bata de seda y la paso por sus hombros, entrando sus brazos y cerrándola, haciéndole un perfecto lazo como nudo para cubrir su cuerpo — Tu debes de ser el reemplazo de mi querido Luka — Hablaba sin prisa, como si supiera que tenia todo el tiempo del mundo.
Fue a una pequeña mesa que había al lado de esa camilla de piedra y con una copa de cristal en mano vertió el liquido de aquella botella de vino en la copa. Aunque su fuente de energía era la sangre, los vampiros podían comer y beber lo que quisieran sin miedo a que le hiciera algún daño.
Me acerque a ella dejando una distancia algo grande entre nosotras.
— ¿Cómo te llamas? — Tenia sus piernas cruzadas haciendo que el abierto de la bata dejara ver la piel de aquella maravillosa parte de su cuerpo, mientras tenia su codo apoyado en el brazo de la silla.
Escuche su risa y lleve mi vista hacia arriba. Encontrándome con su perfecta dentadura, blanca y alineada, con dos pequeños colmillos sobresaliéndole. Haciendo su sonrisa más hermosa.
— La-Lauren — Dejo caer su brazo encima de su muslo y me miro con la misma sonrisa ladeando levemente su cabeza. Tenia mi corazón a mil.
— ¿Estas nerviosa Lauren? — Ahora estaba a millón al escuchar mi nombre rodar por su lengua y sabia que podía escucharlo y por ello me hacia aquella pregunta — Me llamo Camila. Mucho gusto — Asentí y ella me miro de arriba hacia abajo antes de beberse el liquido de la copa de un solo trago.
— Mucho gusto Señora Grigorov — Quería vomitar al decir aquel apellido en voz alta.
— Por favor, solas, dime Camila. Con los demás, Llámame por mi apellido de casada — Asentí comprendiendo — ¿Te toca las rosas el día de hoy?.
— Si señora — No tenia ni la menor idea de que me tocaba el día de hoy pero no le diré que no sabia así que preferí afirmar.
Se levanto de donde estaba y camino por mi lado hasta llegar a la salida de esta aérea. Voltee a verla y la vi mirando por encima de su hombro.
— Y por favor, no vuelvas a irte antes de nosotros irnos. Nos vemos alrededor — Y con eso salió de mi vista.
Estaba entrando algunas cosas en el área de descarga cuando sentí un zumbido en mi oído y moví la cabeza. Volví a sentir el mismo zumbido y así fue por una tercera después cuarta hasta hacerme soltar lo que tenia en mano y dar la vuelta y encontrarla parada con una sonrisa y saludando.
— ¿¡Qué demonios Joanne!? — Susurre/grite — ¿Qué haces aquí? — La agarre del brazo y la lleve a un lugar más alejado.
— ¿Que hay? — Movió su cabeza en signo de saludo y rodee los ojos.
— Joanne...— Advertí.
— ¿Qué hice?, para que me estés hablando así — Pase una mano por mi cara respirando profundo.
— ¿Qué quieres? — Pregunte desesperada y abrió la boca al recordar.
— Cierto, ahm. Debes ir a casa — La mire sin entender — Luka — Se encogió de hombros.
— No puedo irme sin que lo sepan — No sabia que pasaba pero si esta loca estaba aquí, era grave.
— No te preocupes, ya lo arregle todo — Asentí.
