— ¿Por qué no la sacaste de allí y trataste de explicarle las cosas? — Camila desvío su vista del grupo de vampiros que entrenaban entre si para chocar sus ojos color miel con aquellos chocolate oscuro.
— Baje y la busque, pero no la encontré. Lorcan a aprendido bastante y sabia que cuando supiera lo que hizo la iba a buscar para sacarla, ya era tarde, la había movido de lugar y no sabia que lugar. Por más que me esforzara no podía sentirla, era como si estuviera muerta — Respondió la castaña.
— ¿Por qué entonces no hablas con ella?, trata de hacerla cambiar de parecer — Volvió a comentar la de ojos chocolates.
Camila le dio una sonrisa suave pero triste.
— Mate a toda su familia Helga, su especie completa y mi propósito al inicio no era exactamente hacerme su mejor amiga. Así que hablar con ella y con una pared seria lo mismo, su odio y sed por venganza la están cegando en estos momentos y haciéndola sorda. No querrá oír ninguna palabra de nadie que vaya en contra de lo que quiere hacer y menos si viene de mi — La chica a su lado asintió pero se quedo callada unos segundos antes de hablar.
— No pierdes nada con intentarlo, ¿Sabes? — Camila asintió.
— Ya veremos.
La de ojos marrones oscuros camino a ella y agarro su cara entre sus manos mirándola a los ojos con cariño y Camila mirándola de la misma forma antes de cerrar los ojos al sentir como la mujer frente a ella besaba su frente de manera dulce para luego abrazarla y envolverla en el calor de su cuerpo.
— Sea lo que sea que vayas hacer, si hablar con ella o no. Estoy a tu lado — Camila sonrío leve agradeciéndole en silencio.
Pero abrió los ojos cuando una idea le llego a su mente.
— Necesito que hagas algo por mi — La miro a los ojos y la mujer asintió segura y firme.
- ø - ø -
Había pasado un tiempo desde la última vez que vio a Camila o al ojiazul, el tiempo suficiente para crear más como ella pero no los suficientes como quería. En aquel bosque con aquellas casas esparcidas se podían escuchar los gruñidos de dolor, los quejidos, los golpes al igual que rugidos mientras ella estaba arriba de un árbol viéndolo todo.
Agachada levemente con su mano tapando la mitad de su cara mientras sus ojos verdes no despegaban la vista del paisaje frente a ella. Pero fue un destello que la hizo mirar a un lado viendo como Joanne salía de aquella luz con un grupo de libros en sus manos y entraba a una de las casas.
El sonido al bajar de la rama y sus pies tocar la tierra fue seco y fuerte, atrayendo la atención de algunos de los nuevos pero los cuales volvieron la vista a sus actividades cuando su mirada fría dio con la de ellos.
Camino a paso firme hacia la bruja para buscar algunas respuestas que necesitaba. Al entrar a aquella casa de dos pisos la encontró con sus pies encima de la mesa de madera mientras se comía un plátano sin apuros al mismo tiempo que leía un libro de portada negra con letras marrones.
Ella despego su vista del libro por unos segundos para mirar a la ojiverde y le dio una sonrisa con su boca llena para seguir leyendo sin preocupaciones.
— Joanne — Su voz salió firme pero suave. Había perdonado a la bruja, porque tenia razón. Le había advertido pero ella no le escucho aparte de que la necesitaba.
— Esa soy yo — Dijo sin despegar su vista del libro.
— ¿Qué me puedes decir de Camila? — Si quería deshacerse y hacerle daño a la mujer que le hizo daño a ella, debía saber a que se enfrentaba.
