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Irlanda, 1600:

Estaba cansada y mojada, no exactamente de la forma que le gustaría, desgraciadamente la lluvia la había alcanzado en su camino a la casa. Estaba haciendo frío, como siempre, incluso lo hacia con el sol fuera pero aquella ropa que tenia no le ayudaba bastante. Murmuraba incoherencia a nadie, se podía ver a la lejanía como sus labios se movían y cualquiera pensaría que era el frío pero solo estaba harta de aquel lugar del cual iba a mudarse en poco tiempo.

Tal vez a uno cálidoDijo para si misma.

No fue mucho lo que duro perdida preguntándose cual sería su próximo destino cuando vio por e rabillo de su ojo como varios hombres rodeaban a una mujer y se hubiera metido para ayudarla pero algo le decía que no debía meterse en aquella pelea.

Ahora, la mujer, aquella mujer brillaba incluso bajo la lluvia. De la cintura hacia abajo tenia lo que parecía una falda hasta sus tobillos, de color blanca, con algunas aberturas aquí y allá. Mientras de la cintura hacia arriba no había nada, solo su largo cabello dorado cubriendo su espalda y parte de sus senos.

Joanne estaba impresionada, como su piel era blanca y su figura esbelta y perfecta, como las gotas de aquella lluvia torrencial que caía se resbalaban con facilidad por su cuerpo. Estaba esperando, analizando y calculando las posibilidades. Los ojos de la bruja fueron desviados a sus manos como estas brillaron y justo a tiempo en cada una apareció una espada completamente dorada, lo bastante larga que incluso con el tamaño de la mujer, el cual era bastante, las puntas de ambas armas tocaban el suelo.

Aquello acabo bastante rápido, confirmándole lo que pienso al principio que no debía intervenir. Vio como se deshacía de cada uno con facilidad, como la sangre caía en su cuerpo y en sus manos pero aquello no le importaba y como los cuerpos desaparecían cada vez que les quitaba la vida quedando solo ella al final.

Ella y su perfecto físico. Aquella rubio dio la vuelta y su mirada dio con la de Joanne, en aquel momento la bruja pudo ver aquellos ojos sin expresión alguna, azules electrizantes y grandes, parte de su cabello le tapaba uno de ellos y sin importarle que algunas partes de su cuerpo quemaban debido a la sangre que le cubría siguió con su mirada fija en aquella extraña que la miraba.

Soltó aire que no sabia que tenia retenido cuando la mujer de piel de porcelana frunció su ceño y esparció sus alas para desaparecer de su vista. Fueron segundos después que pudo salir de su pequeño shock y retomar su camino a casa.

Estaba en casa al fin, con su chimenea encendida y el calor abrazando su cuerpo. Tenia una bebida caliente en sus manos y una manta le cubría por encima de sus hombros. Los acontecimientos de hace unos momentos aún rodeaban su mente pero estaba más concentrada en que tenia hambre y por fin no tenía frío alguno.

Así que cuando escucho su barriga rugir por algo de comer no dudo en levantarse y caminar a a cocina, gritando del susto en el proceso y llevando su mano a su pecho cuando encontró a la misma mujer en su cocina solo que esta vez tenia su cabello seco y ningún arma ocupaba sus manos.

Podía ver como seguía sin nada de la cintura hacia arriba y su cabello cumpliendo la función de cubrir lo necesario. Joanne se encontraba quieta en su lugar, viendo como la intrusa daba vueltas a su alrededor mirándola de arriba hacia abajo hasta que se detuvo frente a ella, sus ojos azules incluso más hermosos de cerca.

¿Cómo te llamas?La bruja podía sentir como el corazón le retumbaba en los oídos aquel sonido ligándose con la hermosa voz de la ángel.

J-JoanneMurmuro con miedo a equivocarse incluso aunque fuera su nombre.

La rubia la miro por unos segundos y sonrío.

World Of Monsters || CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora