— Quiero volver a besarte, Lauren — Pauso unos segundos antes de volver hablar — Y aunque digas que no, se muy bien que también quieres hacerlo y quieres que lo haga.
Definitivamente esperaba todas las respuestas, menos aquella.
Sentía que el corazón iba a salirse de mi pecho, los ojos mieles de Camila no dejaban los míos y aquella sonrisa no se quitaba de su cara, se acerco un poco más haciendo que tragara lento y escuche su leve risa.
— Puedo oler lo nerviosa que te encuentras, Lauren — Fue llevando su mano a mi pecho — Tienes que calmarte — Su voz fue bajando de tono cuando su mano fría choco con mi piel caliente por encima de la ropa y como si hubiera sido una orden, mi corazón fue bajando sus latidos.
Su mirada estaba puesta a mi pecho pero la subió a mis ojos, sus pupilas estaban dilatas y aquel miel claro estaba un poco más oscuro.
Su mano fue pasando de mi pecho a mi cuello, hasta llegar a la parte trasera de este y poco a poco llevó mi cara a la suya.
Fue un toque frío y suave al principio. Aquel pequeño suspiro de alivio que solté le dio la respuesta que ella quería para comenzar a mover sus labios contra los míos.
Me sentía en el séptimo cielo, y fue aquello lo que me impulso a llevar mi mano al lado de su cara y parte de su cuello, no sintiendo su pulso pero lo deje pasar, esta muerta era obvio que no sentiría pulso alguno. Acomode mejor mi cuerpo y deje su lengua entrar a mi boca cuando pidió permiso con un leve toque en mi labio inferior, podía sentir el frío de aquel músculo junto a su saliva cuando se mezclo con la mía.
Su mano apretó mi cuello cuando pase la punta de mi lengua por su paladar despacio y soltó un suave gemido, (tan suave que sino fuera por que escuchaba hasta lo más mínimo no hubiera escuchado aquel sonido), cuando chupe de manera lenta su lengua luego de hacer el primer movimiento.
Tal vez no podía sentir el pulso de ella pero si sabia que el mío estaba en el espacio. Sentía aquella vena chocar contra mi piel y mis dedos palpitar, no quería que este beso acabara nunca pero era consiente de que el nivel de este mismo estaba subiendo. Ya no era suave, era pasional y con una pizca de salvajismo, la suficiente para que sintiera que me estaba quemando tanto por dentro como por fuera.
Fueron sus manos en mis hombros la que detuvieron aquel beso. Tenia mi respiración agitada, mi pecho subía y bajaba de forma rápida y fuerte pero ella, ella estaba como si nada, excepto por sus ojos, ya no eran de ese color miel claro, ahora las pupilas, las pupilas habían tomado control de su iris. No había rastros de miel solo negro.
— ¿Qué ha pasado? — Estaba medio desorientada.
— Estas demasiado caliente Lauren, refiriéndome también a tu temperatura. Podía sentir tu tacto quemar un poco. Así que, tu necesitas un baño de agua fría y yo necesito relajarme y ver para que me necesitara mi amiga — La mire algo confundida.
— ¿Qué amig- — Y antes de que pudiera pronunciar más palabras la voz de una mujer se escucho, llamando a Camila.
— Esa amiga. Lorcan no volverá hasta mañana, eso lo se. Así que te espero en el primer lugar que me viste a la media noche, ni un minuto menos ni un minuto más. Es decir que puedes ir a tu casa por lo que resta de este día — Dejo un casto beso en la comisura de mis labios y se levanto arreglando mejor aquel vestido. Camino hasta llegar al final del pasillo con las paredes de espejos y yo solo veía sus movimientos, paro unos segundos abriendo la puerta y miro por encima de su hombro — Por cierto, trae ropa cómoda — Y con eso dicho cerro la puerta.
Dejándome allí algo desorientada y solo deje caer mi cabeza hacia atrás pasando mis manos por mi cara mientras una pequeña sonrisa se formaba en mi boca.