Silencio. Eso era lo que había en aquella habitación, lo único que se podía escuchar en aquella habitación era el pequeño sonido que hacia la quijada de Joanne cada vez que se entraba un puñado de manís a la boca y los masticaba, tenia sus piernas arriba de una mesa pequeña su derecha encima de su izquierda y estaba media recostada en aquella silla la cual era y se veía cómoda mientras comía sin preocupaciones y de vez en cuando llevaba su brazo a un lado para darle un trago a la copa con agua.
Mientras Alessandra se encontraba sentada en el marco de la ventana que estaba ubicada al lado de la bruja, con una de sus piernas estirada y la otra un poco encogida al mismo tiempo que miraba por la ventana y fumaba un cigarro. En cuanto al rubio solo estaba parado recostado del marco de la puerta con sus brazos cruzados y mirando la habitación con cuidado. Y Helga sentada en uno de los muchos muebles mirando la escena con precaución.
Camila se encontraba sentada con sus piernas cruzadas, el codo de su brazo derecho apoyado en el brazo del sillón y su mandíbula apoyada en el pulgar al mismo tiempo tenia su dedo indice acariciando sus labios lentamente mientras miraba a Lorcan de forma nula pero letal.
— Ese sonido es irritante — Hablo entre dientes el vampiro y la bruja le dio una sonrisa falsa.
— Pregúntame si me importa — Volvió a llevar un puñado de manís a su boca y esta vez comenzó a comerlos con su boca abierta.
El ojiazul apretó su mandíbula y soltó un gruñido matándola con sus ojos de mil y una formas.
— ¿Dónde esta Lauren? — Aquella era la cuarta vez que la mujer de ojos mieles preguntaba lo mismo obteniendo la misma respuesta. Una sonrisa ladeada y hombros encogidos departe de su esposo — Estoy haciendo un gran esfuerzo para no matarte ahora mismo Lorcan, no me lo hagas más difícil, sabes que no pregunto más de dos veces y contigo estoy haciendo una excepción. ¿Dónde esta Lauren?.
Lorcan volvió apretar su mandíbula con fuerza y movió su cuerpo hacia delante con sus dedos entrelazados y sus brazos apoyados en sus rodillas.
— Mírate Camila — Dijo con odio y asco — Haz caído tan bajo. Te lo paso con otra chica pero ¿Lauren?, ¿Una licántropo?. ¿Después de todo lo que te hicieron pasar y todo lo que te arrebataron? — Camila apretó su mandíbula.
— ¡Lo sabia! — Grito Joanne levantándose de golpe y asustando a Niko y llevándose una mirada con su ceja en alto departe de la rubia mientras Camila no despegaba la mirada del hombre frente a ella y su mandíbula no aflojaba — Sabia que eran celos — Lo señalo — El niño esta celoso porque dejo de ser el favo- — Y antes de que pudiera seguir aquella frase abrió los ojos en sorpresa al ver lo que había pasado frente a ella.
Camila se había levantado de la silla su pecho subía y bajaba de forma pesada y rápida su respiración era grave y le daba la espalda a los demás pero su mano ensangrentada y aquellas uñas largas y negras mientras gotas de sangre caían al piso, la garganta del ojiazul abierta y la pared blanca llena de sangre no pasaron desapercibido para nadie en la habitación.
— ¿Lo has matado? —Susurro la rubia.
Camila dio la vuelta y su cara volvía hacer de a poco aquella hermosa y preciosa piel perfecta sin venas negras mientras sus ojos cambiaban al color miel que volvería loco o loca a cualquier persona.
— No — Cogió una pequeña toalla que había en el bar y comenzó a limpiar su mano — Ya esta muerto. Sanara en unos momentos — Dijo por fin haciendo que la bruja soltara un suspiro de alivio.
— No lo mates por favor. Es el único que sabe donde esta Lauren.
Y tal como había dicho la vampiro, se podía ver perfectamente como las heridas abiertas en el cuello de aquel hombre cerraban con facilidad y perfectamente bien hasta que abrió los ojos mirando a Camila molesto.
